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La anestesia (del gr. ἀναισθησία, que significa "insensibilidad") es un acto médico controlado en el que se usan fármacos para bloquear la sensibilidad táctil y dolorosa de un paciente, sea en todo o parte de su cuerpo y sea con o sin compromiso de conciencia.
La anestesia general se caracteriza por brindar hipnosis, amnesia, analgesia, relajación muscular y abolición de reflejos.
La 'anestesiología' es la especialidad médica dedicada a la atención y cuidados especiales de los pacientes durante las intervenciones quirúrgicas u otros procesos que puedan resultar molestos o dolorosos (endoscopia, radiología intervencionista, etc.). Asimismo, tiene a su cargo el tratamiento del dolor agudo o crónico de causa extraquirúrgica. Ejemplos de estos últimos son la analgesia durante el trabajo de parto y el alivio del dolor en pacientes con cáncer. La especialidad recibe el nombre de anestesiología y reanimación, dado que abarca el tratamiento del paciente crítico en distintas áreas como lo son la recuperación postoperatoria y la emergencia, así como el cuidado del paciente crítico en las unidades de cuidados intensivos o de reanimación postoperatoria. La especialidad médica de la medicina intensiva es un brazo más de la anestesiología.
En 1275, el médico mallorquín Ramon Llull obtuvo un líquido volátil e inflamable mientras experimentaba con ciertas sustancias químicas, y lo llamó vitriolo dulce.[cita requerida] En el siglo XVI, un médico de origen suizo conocido comúnmente como Paracelso hizo que unos pollos inhalaran vitriolo dulce, y observó que no solo se dormían, sino que también perdían toda sensibilidad al dolor. Ni él ni Llull, su predecesor, experimentaron con seres humanos. En 1730, el químico londinense de origen alemán August Sigmund Frobenius le dio a este líquido su nombre actual de éter, que en griego significa «cielo». Sin embargo, habrían de transcurrir 112 años más antes de que los poderes anestésicos del éter se apreciaran a plenitud. Mientras tanto, el científico inglés Joseph Priestley descubría en 1772 el óxido nitroso, gas que al principio se creyó letal, aun en pequeñas dosis. Pero en 1799 el químico e inventor británico Humphry Davy decidió resolver la incógnita probándolo consigo mismo. Descubrió con asombro que lo hacía reír, así que lo denominó “gas hilarante”. Davy escribió sobre las posibles propiedades anestésicas del compuesto gaseoso, pero nadie en aquellos días continuó con las investigaciones.
Un joven médico estadounidense llamado Crawford Williamson Long se percató de que sus amigos eran insensibles al dolor aunque se habían lastimado al ir tambaleando de un lado a otro bajo los efectos del éter. De inmediato pensó en su potencial aplicación a la cirugía. Dio la casualidad de que James Venable, estudiante que participaba en una fiesta de éter, tenía dos pequeños tumores que deseaba que le extirparan, pero posponía siempre la operación por miedo al dolor. Cuando Long le propuso practicársela bajo los efectos del éter, Venable accedió, y el 30 de marzo de 1842 se realizó la intervención sin dolor. No obstante, Long no hizo público su descubrimiento sino hasta 1849.
Fue el doctor odontólogo Horace Wells quien comenzó a utilizar el óxido nitroso como anestesia, después de habérselo visto utilizar al autotitulado profesor y químico Gardner Q. Colton en sus espectáculos, los cuales consistían en administrar este gas a voluntarios del público. Esto los ponía en un estado de euforia y excitación (a veces violentos), y perdían sus inhibiciones, lo cual deleitaba al público. En una ocasión, uno de los voluntarios bajo el efecto del gas se hirió y el doctor Wells observó que no sentía dolor. Con base en esto decidió comprobar en sí mismo si el óxido nitroso eliminaba el dolor y el 11 de diciembre de 1844, tras aspirar el gas, su ayudante John Riggs le practicó una extracción dental de un molar, sin que Wells se quejara. Al despertar, Wells exclamó: "Una nueva era para la extracción de órganos dentales".
Más adelante, el 16 de octubre de 1846, en Boston, fue William Morton, ayudante de Wells, quien realizó una exitosa demostración del uso de la anestesia al aplicársela a un paciente del doctor John Collins Warren. El doctor Warren pudo eliminar un tumor del cuello de su paciente sin que éste sintiera dolor alguno. Desde entonces, Morton se dedicó a administrar anestesia, ocultando el tipo de gas que usaba (que él llamaba "letheon") para usarlo en exclusividad, pero se vio forzado a revelar que se trataba de éter. Desde ese momento, el uso de éter se difundió rápidamente.
A mediados de diciembre de 1847, en un hospital de Edimburgo, el tocólogo James Simpson y su compañero Dunkan practicaron el primer parto sin dolor empleando cloroformo, dado que el éter ya había sido probado en enero de ese mismo año comprobando que a pesar de quedar dormida la paciente las contracciones del parto continuaban con normalidad. El éter provocaba efectos secundarios que incitaron a Simpson a buscar otro gas con parecidos efectos pero sin los accesos de tos que surgían después de la inhalación de grandes cantidades de éter. La madre estuvo tan agradecida que llamó a su hija "Anestesia". En 1848 el doctor John Snow perfeccionó la técnica de aplicación del cloroformo al administrarlo en pequeñas dosis durante el parto. Este hecho no se popularizó sino hasta el año 1853, cuando Snow aplicó cloroformo a la reina Victoria en el parto del príncipe Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Gotha. Después del parto, nombró al doctor Sir.
A pesar de la introducción de otros anestésicos inhalatorios (eteno, tricloroeteno, ciclopropano), el éter continuó siendo el anestésico general estándar hasta principios de 1960, para ser luego reemplazado por potentes y no inflamables agentes inhalatorios, como el halotano, seguido luego por el enfluorano, y más adelante por el isofluorano hasta llegar, en la década de 1990, al sevofluorano y al más reciente desfluorano.
Para lograr su objetivo que es suprimir el dolor, la anestesiología debió experimentar diferentes formas de llevar al individuo a un coma farmacológico reversible, es decir, anulando la actividad cortical a través de sustancias que provocan una estabilización de la membrana celular de la neurona a través de una hiperpolarización de la misma, bloqueando la entrada del ion calcio a través de la interacción con receptores GABA de las membranas celulares. Ésta es una de las teorías más aceptadas de la farmacología, sin que todavía sea la última palabra.
Existen tres tipos principales de anestesia:
Anestesia local: Sólo se elimina la sensibilidad dolorosa de una pequeña zona del cuerpo, generalmente la piel, mientras el paciente continúa consciente.
Anestesia locorregional: Se elimina la sensibilidad de una región y/o de uno o varios miembros del cuerpo. Puede ser: a) Troncular de un nervio o plexo nervioso o
b) Neuroaxial: actúa bloqueando el impulso doloroso a nivel de la médula espinal, y a su vez puede ser: Epidural o peridural: se introduce el anestésico en las proximidades de la médula en el espacio epidural, sin perforar la duramadre (desarrollada por primera vez por el médico español Fidel Pagés); tiene una instauración menos rápida que la intratecal, los cambios hemodinámicos debidos al bloqueo simpático también se instauran más lentamente;
intratecal o intradural: se perfora la duramadre y la aracnoides, y se introduce el anestésico en el espacio subaracnoideo, mezclándose con el líquido cefalorraquídeo; ésta la desarrolló por primera vez August Bier en 1898, cuando administró en un paciente 3 ml de cocaína al 0,5%;
c) Regional intravenosa o bloqueo de Bier: Técnica desarrollada por August Bier, cirujano de origen alemán, la cual consiste dejar exangüe un miembro por compresión con una venda elástica, mantenerlo en esa condición con un torniquete neumático y -finalmente- llenarlo con una solución de anestésico local, inyectada por vía venosa. Mientras el anestésico local se mantiene en el miembro que está aislado por el torniquete neumático, se distribuye por los vasos sanguíneos y actúa directamente en todos los tejidos de ese miembro. El efecto en los nervios produce la anestesia de todo el miembro, sin que el anestésico local llegue a la circulación general, gracias al torniquete. Al terminar la cirugía, se libera el torniquete para que el anestésico local remanente pase a torrente circulatorio y sea metabolizado por el organismo. En general, se recomienda liberar cuidadosamente el torniquete y observar al paciente durante ese período, para detectar a tiempo los signos de toxicidad sistémica que pueden aparecer.
Anestesia general: Se produce un estado de inconsciencia mediante la administración de fármacos hipnóticos por vía intravenosa (Anestesia total intravenosa), inhalatoria (Anestesia total inhalada) o por ambas a la vez (balanceada). Actualmente se realiza combinación de varias técnicas, en lo que se llama anestesia multimodal. Los componentes fundamentales que se deben garantizar durante una anestesia general son: hipnosis, analgesia, amnesia, control autonómico y relajación muscular. La anestesia general persigue varios objetivos: Analgesia o abolición del dolor, para lo cual se emplean fármacos analgésicos;
Protección del organismo a reacciones adversas causadas por el dolor, como la reacción vagal; para ello, se emplean fármacos anticolinérgicos como la atropina u otros;
Pérdida de conciencia mediante fármacos hipnóticos o inductores del sueño, que duermen al paciente, evitan la angustia y suelen producir cierto grado de amnesia;
Relajación muscular mediante fármacos relajantes musculares, derivados del curare para producir la inmovilidad del paciente, reducir la resistencia de las cavidades abiertas por la cirugía y permitir la ventilación mecánica artificial mediante aparatos respiradores que aseguran la oxigenación y la administración de anestésicos volátiles en la mezcla gaseosa respirada.
Anestésico local
Los anestésicos locales (AL), son fármacos universalmente utilizados por multitud de profesionales de la salud (anestesiólogos, cirujanos, enfermeros, odontólogos, podólogos, dermatólogos, internistas, médicos veterinarios, etc.) a diario que, a concentraciones suficientes, evitan temporalmente la sensibilidad en el lugar del cuerpo de su administración. Su efecto impide de forma transitoria y perceptible, la conducción del impulso eléctrico por las membranas de los nervios y el músculo localizadas. Por tanto, también se bloquea la función motora, excepto en el músculo liso, debido a que la oxitocina (hormona liberada por la hipófisis) lo continua estimulando.
Químicamente, los anestésicos locales, son bases débiles cuya estructura consiste en un radical aromático ligado a una amina sustituida a través de un enlace éster (como la procaína) o amida (como la lidocaína).
Los factores que afectan el inicio de acción, intensidad y duración del bloqueo neuronal incluyen:
Liposolubilidad
Unión a proteínas
El pKa del AL que determina la velocidad del inicio del bloqueo
Disminución de pH tisular
Aumento de la dosis
Al llegar un estímulo a una célula nerviosa, ocurre un cambio del potencial eléctrico de la membrana conllevando a un movimiento de iones de sodio y potasio. Ello crea un nuevo gradiente eléctrico que se traduce como un impulso causando la despolarización del nervio y la propagación por toda la membrana celular.
El anestésico local (AL) ejerce su función por interacción directa con los receptores específicos del canal de sodio en la membrana del nervio. La molécula AL debe atravesar la membrana celular mediante difusión pasiva no iónica de la molécula sin carga. Dentro de la célula el AL cambia a una forma con carga la cual se une al canal de sodio y previene la activación subsecuente y el gran aflujo de sodio que en condiciones regulares se relaciona con la despolarización de la membrana.
A menudo se emplea la epinefrina (10 μg/Kg en pacientes pediátricos o 200-250 μg) para prolongar la duración de la anestesia. Debido a que la adrenalina causa una vasoconstricción local, contribuye a disminuir la toxicidad sistemática del anestésico y aumenta la intensidad del bloqueo sensitivo de la región anestesiada.
Hay dos grupos:
Los anestésicos locales del grupo éster, prácticamente no se utilizan en la actualidad, por la menor duración de su efecto y por producir más fenómenos alérgicos que los del grupo amida. Pertenecen al grupo éster los siguientes fármacos: cocaína, benzocaína, procaína, tetracaína y clorprocaína.
Los anestésicos locales del grupo amida, presentan múltiples ventajas respecto a los anteriores, sobre todo una menor incidencia de efectos secundarios. Pertenecen a este grupo: lidocaína, mepivacaína, prilocaína, bupivacaína, articaína y ropivacaína, introducido recientemente.
Recientemente se ha desarrollado una línea de estudio sobre el uso clínico de bases púricas, especialmente neosaxitoxina, como anestésicos locales de acción prolongada.
Obviamente, hay muchas otras sustancias que producen efecto anestésico local sin ser anestésicos locales en el sentido más tradicional de la expresión. Cabe citar el bretilio y el propranolol, entre otros.
Anestesia general. La anestesia general provoca la inconsciencia de la persona durante un procedimiento mayor, como la cirugía. Estar inconsciente es distinto de estar dormido porque la persona es incapaz de despertar si no se le administran medicamentos adicionales o hasta que desaparezca el efecto de la anestesia. La anestesia general se puede administrar por vía intravenosa, inhalar por la boca o una combinación de ambas.
El equipo médico
El equipo de cuidados anestésicos es un grupo de médicos, personal de enfermería y otros profesionales de la salud que se encargan de su comodidad y bienestar antes, durante y después del procedimiento. El equipo es liderado por un anestesiólogo, un médico especialista en administrar anestesia y la atención pertinente. Entre los otros integrantes del equipo de cuidados anestésicos se encuentra el personal de enfermería certificado en anestesia (certified registered nurse anesthetists [CRNA], que son enfermeros especializados en anestesiología) y los ayudantes de anestesiología (profesionales de la salud que han recibido capacitación de posgrado en cuidados anestésicos seguros y de alta calidad, y en técnicas avanzadas de monitoreo de pacientes).
Qué se debe esperar de la anestesia general
Si a usted se le informó que se le administrará anestesia general, saber qué esperar lo puede ayudar a relajarse en cuanto a la experiencia y a prepararse.
Preparación para la anestesia general
Antes de que se le administre la anestesia general, un anestesiólogo o CRNA hablarán con usted para solicitar información sobre su estado de salud, con lo cual se podrá elegir la mejor opción de anestesia para usted. Se le preguntará acerca de:
•Su historia clínica
•Medicamentos con receta y/o de venta libre, vitaminas y suplementos a base de hierbas que tome actualmente
•Alergias, incluso a alimentos, medicamentos y materiales como el látex
•Experiencias previas con la anestesia
•Uso de tabaco, drogas y alcohol
Es importante que responda todas estas preguntas con la mayor honestidad y precisión. En algunos casos, se le puede solicitar que complete un cuestionario antes de su cita para facilitar esta conversación.
Antes de irse, se le darán instrucciones sobre cuándo debe dejar de comer y beber (ayuno) previo al procedimiento. En la mayoría de los casos, se le pedirá que comience el ayuno unas seis horas antes. Además, se le dirá si debe dejar de tomar, por un tiempo, alguno de los medicamentos que actualmente utiliza que pudiesen interferir con la anestesia o el procedimiento.
Administración de la anestesia general
El medicamento de la anestesia general se puede administrar por vía intravenosa (IV) en una vena del brazo, como gas inhalado por una máscara que se coloca en el rostro o en una combinación de ambas opciones. Normalmente, la anestesia general provoca la inconsciencia en menos de un minuto.
En el quirófano, los integrantes del equipo de cuidados anestésicos le colocarán dispositivos de monitoreo en el cuerpo para vigilar atentamente sus signos vitales (como la temperatura, presión arterial y ritmo cardíaco) durante el procedimiento y, así, mantenerlos en los niveles adecuados. El equipo, además, supervisará sus niveles de consciencia. El anestesiólogo puede decidir suministrarle un medicamento adicional para aumentar la potencia de la anestesia, reforzar el alivio del dolor, incrementar la relajación muscular para facilitar la realización del procedimiento por parte del cirujano o reducir el riesgo de efectos secundarios tras el procedimiento.
Después de la anestesia general
Una vez concluido el procedimiento, el anestesiólogo detendrá gradualmente la anestesia y le dará otro medicamento para ayudarlo a despertar. Es posible que después lo lleven a una sala de recuperación o unidad de cuidados posoperatorios, en donde el personal de enfermería especialmente capacitado lo atenderá.
Cuando desaparezcan los efectos de la anestesia, se sentirá adormecido y somnoliento, y es posible que esté confundido. Además, puede presentar náuseas, vómitos o escalofríos. Si se le introdujo un tubo por la boca y la vía respiratoria para ayudarlo a respirar durante el procedimiento, es posible que también tenga la boca seca o la garganta irritada.
Debido a que es posible que su velocidad de reacción y su juicio estén temporalmente impedidos por el medicamento, no podrá conducir un vehículo, operar maquinaria pesada ni tomar decisiones importantes al menos 24 horas después de recuperarse de la anestesia. Además, pregúntele a su médico cuánto deberá esperar antes de volver a tomar sus medicamentos normales para asegurarse de que no interfieran con la anestesia que permanezca en el cuerpo.
Después de la anestesia, es posible que le cueste digerir alimentos pesados. Si su médico lo autoriza, intente consumir primero líquidos y luego alimentos livianos, como caldo o sopa, yogur, gelatina, tostadas, galletas de agua o arroz solo.
Aparte de estos efectos secundarios menores y tratables, entre las complicaciones poco comunes de la anestesia se cuentan lesiones graves y la muerte. Tales riesgos son mayores en casos de pacientes de edad avanzada o con problemas cardíacos o pulmonares graves.
Otra complicación poco común (se da en una o dos de cada 1,000 personas) es la consciencia durante la anestesia. Eso significa que la persona puede despertar por un período breve durante el procedimiento. Los pacientes que se sometan a cirugía de urgencia; tengan antecedentes de uso de anticonvulsivos, opiáceos o tranquilizantes; padezcan de trastornos cardiovasculares; o consuman alcohol en forma diaria tienen un riesgo mayor de consciencia durante la anestesia.
No obstante, en el caso de la mayoría de las personas, la anestesia es inocua. Si en algún momento siente que la recuperación de la anestesia o el procedimiento no van bien, comuníquese inmediatamente con su médico.
Anestesia regional. La anestesia regional bloquea el dolor en una parte del cuerpo. En ocasiones la inyección alivia el dolor en las horas posteriores a la cirugía para facilitar una recuperación gradual. También es posible que, junto con la anestesia, se le administre un medicamento que lo relaje y le cause somnolencia. Estos son dos tipos comunes de anestesia regional:
•Bloqueos nerviosos periféricos: bloquean el dolor en zonas como los brazos, las piernas, las manos, los pies o el rostro.
•Anestesia epidural y raquídea: bloquea el dolor en zonas como el abdomen, la pelvis, el recto o las extremidades inferiores.
Sedación consciente. También conocida como cuidado anestésico monitorizado, la sedación consciente emplea medicamentos de relajación junto con una anestesia regional o local. Los medicamentos se pueden administrar por vía intravenosa (a través de una vena) u oralmente en forma de líquido o comprimidos. Algunas personas son capaces de hablar y responder a los profesionales de la salud, mientras que otras caen en un sueño ligero. Es posible que no recuerde el procedimiento cuando desaparezca el efecto de la anestesia. La sedación consciente normalmente se usa en casos de cirugía menor o estudios incómodos para diagnóstico, tales como la colonoscopia.
Anestesiología
Es una especialidad de la medicina relacionada con la práctica de la anestesia. Su función durante las intervenciones quirúrgicas es la de ocuparse del estado de consciencia e insensibilidad al dolor del paciente, pero además debe cuidar al enfermo y mantenerlo dentro de los parámetros considerados normales. Para ello (en teoría) se mantiene presente durante toda la intervención, controlando su temperatura, su presión arterial, su respiración, el buen funcionamiento de órganos como riñones y pulmones, y realiza el monitoreo cardíaco. Cuando hay pérdida de sangre o líquidos es el responsable de reponerlos. También es valioso considerar el tema de Anestesia en Geriatría.
Evaluación y preparación preoperatoria en el paciente quirúrgico
Todo proceder quirúrgico debe comenzar con la evaluación preoperatoria del enfermo y la elaboración de un plan anestésico, cuya finalidad va dirigida a reducir la morbilidad. Tratar que el paciente se encuentre en las mejores condiciones antes de la intervención quirúrgica para que el periodo perioperatorio se desarrolle de forma favorable.
La evaluación comienza con la recogida de toda información que permita conocer la situación del enfermo y estará en dependencia de muchos factores, dentro de los cuales se encuentran la enfermedad que exige el tratamiento quirúrgico, su naturaleza y estado evolutivo, situación de agravamiento o no, y lo que se pretende lograr. Resulta importante conocer la presencia de otras enfermedades y su estado de compensación, determinar si es conocida o sospechada y si resulta lo suficientemente peligrosa como para retrasar, modificar o contraindicar la operación, e identificar las enfermedades conocidas de acuerdo a la severidad, para prever complicaciones. Se precisará la ingestión de fármacos y la presencia de hábitos tóxicos, entre otros, ya que pueden repercutir sobre el desarrollo perioperatorio y/o la morbilidad.
Por tanto resulta importante la recopilación exhautiva de datos de salud del enfermo. Para evitar el olvido de estos aspectos debe tenerse a mano una guía elaborada que los registre con exactitud.
1- EVALUACIÓN
Como fuente portadora de datos podemos citar la historia clínica. Este documento oficial, que presenta el paciente desde su ingreso en la unidad hospitalaria, contendrá información desde el comienzo de la enfermedad hasta las investigaciones realizadas para llegar al diagnóstico preoperatorio, así como antecedentes de otras enfermedades, por lo que presentará interrogatorios, exámenes físicos, estudios complementarios y los diferentes criterios médicos sobre diagnóstico, evolución y enfoques terapéuticos. Hoja anestésica: ésta debe ser realizada por un anestesiólogo, quien analizará los datos de la historia clínica y efectuará su consulta en forma directa al enfermo. Se iniciará en la consulta preanestésica del preoperatorio, y debe realizarse con antelación al día de la intervención quirúrgica, de manera que permita la realización de algún otro estudio que se necesite.
2- ELABORACION DEL PLAN ANESTÉSICO
A partir de la información recopilada, se trazará una estrategia de trabajo que permita una mayor seguridad al enfermo. Se tomarán las medidas requeridas para la adecuada preparación y la aplicación del proceder anestésico, las cuales comienzan desde la información al paciente para crear un ambiente de confianza, hasta las indicaciones que exijan una preparación de acuerdo a lo hallado en la historia clínica y el examen. Se incluirá también el equipamiento y la monitorización necesaria para el seguimiento perioperatorio.
3- CONSULTA PREANESTÉSICA
Debe ser realizada en un local provisto de recursos que permitan la recogida de datos como peso talla, examen físico, etc., con suficiente privacidad y brinde un ambiente propicio para que el enfermo se sienta seguro. El médico debe tener una participación activa y registrará en la hoja anestésica, que acompañará a la historia clínica, todo lo que considere de mayor interés y pudiera repercutir en el transcurso de la anestesia que se seleccione. Se revisará toda la documentación que acompañará a la historia clínica, incluyendo el consentimiento del enfermo. Todo ello ayudará a identificar y valorar riesgos. La hoja de evaluación anestésica, de la que existen diferentes modelos, tiene el objetivo de recopilar datos de las distintas etapas, pre, trans y posoperatorio.
Intraoperatorio
El intraoperatorio consiste en la inducción de la anestesia, en su mantenimiento y en el despertar al finalizar la intervención. Asimismo, el anestesiólogo se ocupa del control y mantenimiento de las constantes: ECG (electrocardiograma) continuo, presión arterial, saturación de oxígeno (pulsioximetría) y capnografía como monitorización estándar. En casos de cirugías de alto riesgo o enfermos con patología de base grave, puede ser necesario una monitorización más cruenta como catéteres de presión venosa central, monitorización de la presión de la arteria pulmonar y gasto cardíaco mediante un catéter de Swan-Ganz. Al mismo tiempo puede ser necesario prescribir análisis urgentes intraoperatorios, sobre todo en cirugías muy agresivas, como puede ser el trasplante de hígado o de pulmón. Según estas analíticas debe prescribir transfusiones de productos sanguíneos: concentrados de hematíes, plasma o plaquetas. También puede ser necesario administrar iones: sodio, potasio o calcio.
Despertar intraoperatorio
El despertar intraoperatorio (DIO) es el estado en el que el paciente es consciente de hechos ocurridos durante una operación bajo anestesia general y los recuerda, es decir, puede narrar esos hechos una vez terminado el procedimiento. El paciente que tiene un DIO suele tener percepciones auditivas (las visuales son raras), sentir de parálisis y/o dolor. Esto le provoca angustia, indefensión, desamparo o pánico. A medio plazo, el DIO provoca trastornos psicológicos/psiquiátricos. El despertar intraoperatorio se debe a una insuficiente cantidad de anestesia. Con respecto a la incidencia, esta se ubica entre el 0,1 y 0,2 % (es decir, 1 ó 2 casos por cada mil pacientes anestesiados). Esta incidencia puede aumentar hasta el 1% en pacientes de riesgo. Los factores de riesgo se clasifican en relacionados con el paciente, con la técnica anestésica y el tipo de intervención quirúrgica.
Postoperatorio
En la etapa postoperatoria es importante controlar al paciente que ha sido operado. Esto se lleva a cabo, durante algunas horas, en una sala con monitorización que se conoce con el nombre de sala de Recuperacion. Algunos enfermos necesitan ser vigilados intensivamente en el posoperatorio inmediato y son trasladados a salas especializadas en cuidados intensivos donde muchas de ellas son dirigidas por Anestesiólogos (REAs, de Reanimación). El posoperatorio inmediato es responsabilidad del equipo de Recuperación especialmente del Anestesiólogo que recibe al paciente, se evalúa con escalas o score como el Aldrete cuya valoración es de capital importancia para la toma de decisiones y del destino del paciente.
Analgésico
Un analgésico es un medicamento para calmar o eliminar el dolor, ya sea de cabeza, muscular, de artrítis, etc. Existen diferentes tipos de analgésicos y cada uno tiene sus ventajas y riesgos. Etimológicamente procede del prefijo griego an- (‘carencia, negación’) y άλγος (/álgos/, ‘dolor’).
Aunque se puede usar el término para cualquier sustancia, es decir, cualquier medio que reduzca el dolor, generalmente se refiere a un conjunto de fármacos, de familias químicas diferentes que calman o eliminan el dolor por diferentes mecanismos.
Clasificación de los analgésicos
Antinflamatorios no esteroideos
Los antinflamatorios no esteroideos (AINE) son un grupo de fármacos heterogéneo, cuyo representante más conocido es la aspirina. Actúan sobre todo inhibiendo a unas enzimas llamadas ciclooxigenasas, cruciales en la producción de prostaglandinas, sustancias mediadoras del dolor. Corresponden al primer escalón analgésico de la OMS, junto con el paracetamol (AINE carente de efectos antinflamatorios). Además de propiedades analgésicas, los AINE son antipiréticos, antinflamatorios y algunos antiagregantes plaquetarios. Tienen el inconveniente de que no se puede superar una dosis de tolerancia o techo terapéutico debido a los graves efectos adversos como es la hemorragia.
Opiáceos menores
Son un grupo de sustancias, la mayoría sintéticas como el tramadol que imitan, con menor poder analgésico, la acción de los opioides. Corresponden al segundo escalón analgésico de la OMS.
Opiáceos mayores
Son un grupo de fármacos, unos naturales (opiáceo) como la morfina y otros artificiales (opioide) como el fentanilo, que actúan sobre los receptores opioides de las neuronas del sistema nervioso, imitando el poder analgésico de los opiáceos endógenos. Son los fármacos analgésicos más potentes conocidos y corresponden al tercer escalón analgésico de la OMS. Se pueden asociar y potencian su acción con los AINE, pero no es biológicamente correcto asociarlos a opiáceos menores.
Los opiáceos mayores no presentan techo terapéutico, por lo que se puede aumentar la dosis según la presencia de dolor y tolerancia del paciente. Presenta el inconveniente de que son sustancias estupefacientes y deprimen el sistema nervioso central en las primeras dosis.
Fármacos adyuvantes
Aunque no son analgésicos cuando se administran aisladamente, potencian la acción de cualquier analgésico en asociación. Entre los fármacos adyuvantes analgésicos se encuentran:
Corticoides.
Antidepresivos, sobre todo los antidepresivos tricíclicos.
Anticonvulsivantes, sobre todo en el dolor neuropático.
Aunque no se pueden incluir dentro del grupo de los analgésicos, el placebo, es decir, el efecto placebo o alivio del dolor en ausencia de un tratamiento conocido biológicamente como activo, es capaz de activar áreas cerebrales dedicadas al alivio del dolor, provocando cambios físicos en la manera en la que el cerebro responde al dolor, visible en resonancia magnética funcional, por lo que está demostrado que la confianza que deposita el paciente en un tratamiento, mejora los resultados del mismo. A pesar de todo, ninguna fase del tratamiento del dolor pasa por la utilización de placebo, porque no es ético.
Anestesia intradural
En la anestesia intradural, anestesia intratecal o anestesia raquídea la administración de fármacos anestésicos o derivados mórficos se lleva a cabo en el espacio intradural. Es más rápida en sus efectos que la anestesia epidural o peridural, en la que se introduce el anestésico en las proximidades de la médula -en el espacio epidural-.
El espacio intradural está rodeando la médula espinal y se encuentra protegido por las meninges. La técnica de punción se realiza con el paciente sentado o en decúbito lateral y se busca el espacio entre dos vértebras. La zona de abordaje más habitual es la lumbar, dado que la médula espinal no sobrepasa el nivel de L1 y hay, por tanto, menor riesgo de lesión nerviosa, aunque también puede hacerse en la zona cervical, torácica o sacra. Esta última es más empleada en niños pequeños. Se realiza mediante una aguja fina y larga que se introduce entre las dos apófisis posteriores de las vértebras elegidas hasta atravesar la duramadre, lo que confirmaremos por la salida de líquido cefalorraquídeo. En este espacio se introduce el fármaco.
Epidural
La epidural o anestesia peridural es la introducción de anestésico local en el espacio epidural, bloqueando así, las terminaciones nerviosas en su salida de la médula espinal. Por lo tanto su distribución será metamérica, es decir, se anestesiará la zona del cuerpo que corresponde a los nervios que han sido alcanzados por el anestésico local inyectado.
El neurólogo estadounidense James Leonard Corning (1855-1923) fue el primero en realizar un bloqueo neuraxial en 1885 cuando inyectó 111 mg de cocaína en el espacio epidural de un voluntario. En 1921 el cirujano militar Español Fidel Pagés (1886–1923) desarrolló la técnica de anastesia lumbar epidural de inyección única que luego popularizó el cirujano italiano Achille Mario Dogliotti (1897–1966).[cita requerida] El primer uso de una anestesia de caudal continuo durante un parto fue en 1942 y fue desarrollado por Robert Andrew Hingson (1913-1996) y Waldo B. Edwards.[cita requerida] En 1947, Manuel Martínez Curbelo (1906–1962) describió la colocación de un catéter lumbar epidural.
Su uso más común es para bloquear el dolor durante el parto, pero también se utiliza en intervenciones quirúrgicas tales como operaciones de la pierna, pelvis o genitales.
La anestesia epidural está contraindicada en los casos de parto en los que la dilatación está excesivamente avanzada, en los casos de tatuajes en la zona lumbar en función de su localización y en pacientes que sufren ciertas enfermedades como obesidad o cardiopatías.
Técnica
La técnica de punción epidural se realiza con el paciente sentado o en posición de decúbito lateral y se punciona el espacio entre las dos apófisis espinosas de la vértebra. El nivel de punción está en función de la zona que se desea anestesiar. La punción lumbar, que es la más frecuente, se realiza en los espacios vertebrales entre dos vértebras lumbares y se anestesia la zona abdominal.
La anestesia peridural se realiza mediante diversas técnicas. Todas ellas consisten en la búsqueda del espacio epidural. Este es un espacio virtual que se encuentra por fuera de la duramadre. Mediante anestesia de la piel en el lugar de punción, se introduce una aguja conectada a una jeringa con poca resistencia llena de aire o agua. Se va introduciendo la aguja y se va apretando el émbolo de la jeringa. Mientras se atraviesa músculo o ligamentos se produce una resistencia al apretar el émbolo. Al llegar al espacio epidural esta resistencia desaparece y permite vaciar el aire o agua. Esto es el signo de que se ha llegado al espacio epidural. En este lugar se introduce el fármaco a administrar y el catéter si procede. La anestesia epidural está indicada para realizar aquellas intervenciones en abdomen sobre todo a nivel infraumbilical, como son hernias inguinales, intervenciones en testículos o vejiga o partos. La apendicitis que corresponde a esta zona no es una buena indicación puesto que aunque la piel si corresponde a la zona, el apéndice y el intestino adyacente están inervados por nervios de niveles superiores a la zona anestesiada y al traccionar el intestino puede producirse dolor.
Una modificación de esta técnica consiste en introducir un catéter en el espacio epidural por el que se pueden reinyectar fármacos o bien instaurar una perfusión para producir una anestesia continua y prolongada, útil para intervenciones largas o para analgesia postoperatoria. Los fármacos que se inyectan al espacio epidural son variados pero principalmente son los anestésicos locales. Estos producen un efecto en función de la dosis administrada. A pequeñas dosis bloquean las fibras que transmiten el dolor. A más altas dosis producen bloqueo de la actividad muscular y una parálisis. Y a mayor dosis un bloqueo sensitivo. Otros fármacos utilizados son diferentes derivados morfínicos. En la actualidad se han publicado diversos trabajos sobre la inyección de diferentes fármacos por vía peridural como la clonidina o la ketamina, fármacos de utilización endovenosa pero que se ha visto que también actúan a nivel de la fibra nerviosa. La asociación por vía epidural de dos fármacos potencia la acción de ambos minimizando sus efectos secundarios al permitir reducir la dosis.
En los últimos años se está utilizando mucho la anestesia peridural torácica que consiste en la misma técnica pero,a nivel de las vértebras torácicas. De esta manera se produce la analgesia de zonas superiores a las alcanzadas con la peridural lumbar y se utiliza sobre todo para analgesia postoperatoria de cirugía abdominal alta o cirugía torácica.
Epidural en el parto
La analgesia epidural permite el alivio de la sensación de dolor durante el parto y rebaja el nivel de ansiedad de la madre. También posibilita técnicas instrumentales (fórceps o ventosa) sin necesidad de aplicar otro tipo de anestesia.
Hipnosis
La hipnosis es un estado mental o de un grupo de actitudes generadas a través de una disciplina llamada hipnotismo. Usualmente se compone de una serie de instrucciones y sugerencias preliminares. Dichas sugestiones pueden ser generadas por un hipnotizador o pueden ser autoadministradas (autosugestión o sugestión autohipnótica). El uso de la hipnosis con fines terapéuticos se conoce como hipnoterapia.
El mecanismo y aplicaciones de la hipnosis.
Algunos supuestos indicadores hipnóticos y cambios subjetivos pueden conseguirse sin relajación o larga inducción, hecho que aumenta la controversia y nacen intensos debates que rodean el tema. Algunos científicos han disputado sobre su existencia, mientras que otros insisten en ambos, su realidad y valor. Una fuente de controversia ha sido la gran variedad de teorías tradicionalmente divididas entre campos de 'estado' y 'no estado'. Esta controversia puede decrecer debido a que las modernas técnicas de 'imagen cerebral', ofrecen esperanza para un aumento del entendimiento de su naturaleza y el valor de ambas perspectivas es altamente reconocido.
Las aplicaciones en las que puede ser usada varían ampliamente. Se enfoca eventualmente a los sujetos haciendo parecer a la audiencia que este está despierto o, popularmente conocido, como en trance. Durante la actuación, estos parecen obedecer las órdenes del hipnotizador, llevando incluso a cabo comportamientos que normalmente no realizarían.
Por otro lado, las aplicaciones hipnóticas en los campos de la salud, la psicología y la medicina, a menudo se experimentan diferentemente. La evidencia apoya su uso clínico para controlar el dolor, el peso, el tratamiento del Síndrome de intestino irritable y como adjunto para el comportamiento cognitivo, además de otras terapias. La hipnosis misma no es una terapia, pero es efectivamente usada como adjunto a otras terapias. Por lo tanto la hipnoterapia es menos preferible que el uso de técnicas relacionadas con la hipnosis como parte de un paquete integrado psicológico.
Hay que destacar también la profunda vinculación de la hipnosis con el efecto placebo observado en las investigaciones con fármacos, puesto que se logran cambios en la patología o en los síntomas investigados, sin que la droga o tratamiento investigado haya sido el agente de cambio.
La hipnosis clínica en sí misma está basada en una modalidad vincular de relación bipersonal o multipersonal, y debemos verla también como una forma de comunicación. Una forma de comunicación donde el terapeuta se comunica con el mundo de su paciente, a través de vivencias que provoca en él por medio de la palabra. Tomando como elemental punto de partida el comunicar en primer término sensaciones de reafirmamiento, de seguridad, de cuidado, consideración y respeto. De este modo a través de esa relación de comunicación, permite que el paciente atenúe sus mecanismos de defensa de vigilia y se permita alcanzar un estado de intensa serenidad física y mental, de tranquilidad, un profundo estado hipnótico al volcarse sobre sí mismo. Desde esta óptica la hipnosis clínica se la puede ver claramente como un fenómeno de comunicación Sui-generis, específico especial, que evoca la comunicación de un ser protegido y de un protector, totalmente desprovista de elementos mágicos o de presunta posesión de poderes por parte del hipnoterapeuta. No existe la posibilidad de posesión de poderes, pues del mismo modo que una persona alcanza un estado de trance mediante la labor de un hábil psicólogo o hipnólogo también puede alcanzar ese mismo y profundo estado con el empleo de un reproductor de sonido, y claramente se puede convenir que un aparato reproductor por más electrónica y tecnología que tenga, no puede poseer poderes mágicos de ninguna naturaleza.
La hipnosis por un lado sigue siendo investigada y aplicada en su forma clásica, pero al mismo tiempo ha generado nuevas disciplinas y líneas de investigación. Entre ellas, se ha desarrollado la programación neurolingüística o PNL, así como también, a su vez producto de la PNL, la técnica EMDR.
Otro de los usos de la hipnosis son los conocidos shows de hipnosis, donde el hipnotizador tras haber sugestionado a parte del público crea una «obra» donde los actores son las personas hipnotizadas. Uno de los hipnotizadores más conocidos del mundo en este campo es Anthony Cools.
Definiciones
A menudo se dice que hay tantas definiciones de hipnosis como hipnotizadores. Los investigadores y los médicos poseen requerimientos distintos para las explicaciones de la hipnosis, de modo que el foco de las teorías desde estos respectivos campos puede variar enormemente. Una distinción fundamental en la teoría de la hipnosis, puede estar entre el acercamiento de la hipnosis al estado y al no estado.
Los defensores del no estado creen que la hipnosis en un estado de conciencia alterado, mientras que quienes defienden el estado creen que los efectos hipnóticos son producto de procesos psicológicos más mundanos como la absorción y la expectación. La definición AAP (abajo) esencialmente un consenso de un amplio rango de investigadores y médicos, continúa neutral en esta discusión. Las siguientes definiciones se han dividido en definiciones (discutibles) bien conocidas por considerados grupos e individuos y definiciones menos conocidas.
Definiciones bien conocidas
Asociación Americana de Psicología (AAP) - American Psychological Association (APA)
Típicamente la hipnosis está envuelta en la introducción del procedimiento durante por el cual el sujeto es informado de que se le van a presentar experiencias imaginativas. La inducción hipnótica es una sugestión inicial extendida para usar la propia imaginación, y puede contener elaboraciones posteriores a la introducción. Un procedimiento hipnótico se usa para incitar y evaluar respuestas a las sugestiones.
Al usar la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiada por otra (el hipnotizador) para responder a sugestiones por cambios en experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento, o comportamiento. Las personas también pueden aprender auto-hipnosis la cual es el acto de administrarse procedimientos hipnóticos uno mismo. Si el sujeto responde a sugestiones hipnóticas, generalmente infiere en que se ha inducido hipnosis. Muchos creen que las respuestas a la hipnosis y a las experiencias son características de un estado hipnótico. Mientras que algunos creen que no es necesario usar la palabra hipnosis como parte de una inducción hipnótica. Otros lo ven como esencial.
Dependiendo de la meta del practicante y los propósitos de la investigación clínica los procedimientos y las sugestiones usadas diferirán. Tradicionalmente los procedimientos están relacionados con la relajación, aunque esta no es necesaria para la hipnosis y se puede usar un amplio rango de variedad de sugestiones incluyendo las que permiten estar más alerta. Sugestiones que permiten extender la hipnosis para ser determinada comparando escalas de respuestas estandarizadas pueden usarse en ambos ajustes, clínicos e investigadores. Mientras que la mayoría de los individuos responden al menos a algunas sugestiones, la puntuación en escalas de rangos estandarizados va desde alta a insignificante. Tradicionalmente las puntuaciones se agrupan en categorías de, ´bajo´, ´medio´ y ´alto´. Como es el caso de otras medidas de escalas positivas de las construcciones psicológicas como la atención y el conocimiento, la evidencia de haber conseguido hipnosis, aumenta con la puntuación individual.
Michael Yapko
Michael Yapko define la hipnosis como un proceso de comunicación influyente en el cual el operador saca y guía las asociaciones internas del paciente a modo de establecer o reforzar asociaciones terapéuticas en el contexto de una relación mutuamente responsiva y colaborativa y orientada a una meta.
Dave Elman
Dave Elman define la hipnosis como un estado mental en cual la facultad crítica de la mente humana es puenteada y se establece un pensamiento selectivo. La facultad crítica de su mente es esa parte que traspasa el enjuiciamiento. Dicha parte distingue entre conceptos como, caliente y frío, agrio y dulce, grande y pequeño o claro y oscuro. Al plantear esta facultad mental de tal modo que no pueda distinguir entre dichos conceptos, es posible substituir el pensamiento selectivo por la construcción de enjuiciamiento convencional.
Richard Bandler
Cofundador de la programación neuro-lingüística, es más famoso por su trabajo quitando fobias en 2 minutos con la interrupción del apretón de manos. Una inducción al trance que usa el proceso subconsciente de un apretón de manos para inducir en un profundo trance y asegura que jamás ha encontrado a una sola persona que no sea hipnotizable.
El comienzo de la hipnosis
Aunque ya existen precedentes históricos del uso de técnicas similares a la hipnosis empleada por los egipcios en los llamados Templos del Sueño, no sería hasta mediados del siglo XVIII cuando se inicia el primer estudio sistemático de lo que suponía un estado psico-fisiológico especial que más tarde se conocería con el término de hipnosis. Franz Anton Mesmer, (1734-1815) doctorado en Medicina y Filosofía a sus 35 años en Viena, escribió su tesis doctoral titulada De planetarium Influxu, influenciada por las teorías de Paracelso sobre la interrelación entre los cuerpos celestes y el ser humano. Mesmer formuló la famosa Teoría del Magnetismo Animal que nos venía a decir que todo ser vivo irradia un tipo de energía similar o parecido al magnetismo físico de otros cuerpos y que puede transmitirse de unos seres a otros, llegando a tener una aplicación terapéutica. El médico austriaco se instaló en París y con el paso del tiempo, fue tan grande su influencia y tan extendida su fama, que se convirtió en el médico tanto de los pobres y desheredados como de los ricos y poderosos, incluso del mismísimo rey de Francia. El asunto llegaría hasta la Academia de Medicina de Francia, que determinó que no existía ningún tipo de influencia o energía magnética en las curaciones mesméricas. ¿Qué era lo que realmente producía la curación?
Serían los discípulos de Mesmer y posteriores investigadores quienes determinarían que las «milagrosas» curaciones en los trances hipnóticos, llamados sueños magnéticos o mesmerismo hasta aquel entonces, se producían por una condición llamada sugestión. Un cirujano escocés llamado James Braid, (1795-1860) fue el primero en acuñar el término «hipnosis», enunciando una de las formas que lo explicaban: «la fijación sostenida de la mirada, paraliza los centros nerviosos de los ojos y sus dependencias que alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el fenómeno».
Definiciones menos conocidas
Teorías de estado Alpha y Theta
A través de datos recogidos por la electroencefalografía los 4 mayores esquemas de la frecuencia de los impulsos eléctricos que dispara el cerebro han sido identificados. El estado Beta, (Alerta/Trabajando) se define en 14-32 ciclos por segundo. El estado Alpha (Relajado/Reflexionando) en 7-14 ciclos, el estado Theta (soñoliento) en 4-7 ciclos y el estado Delta (Durmiendo/Soñando/Sueño profundo) en aproximadamente 3-5 ciclos por segundo.
Una definición fisiológica de hipnosis contrasta que el nivel necesario de onda cerebral para trabajar en temas como, cambios de conducta y sentimientos, mejora en el deporte, etc es el estado Alpha. Dicho estado esta comúnmente asociado con el cierre de los ojos, la relajación y el ensoñamiento diurno.
Otra definición fisiológica afirma que el estado Theta se requiere para un cambio terapéutico. El estado Theta está asociado con la hipnosis para la cirugía, la hipnoanestesia y la hipnoanalgesia. Debería tener en cuenta que la hipnoanalgesia de la piel es un test común para el sonambulismo. La catalepsia de los brazos y el cuerpo es una de las pocas pruebas realizadas para determinar la preparación para estas aplicaciones quirúrgicas. De todos modos es importante reflejar el hecho de que ambas catalepsias pueden ser inducidas en sujetos normales no hipnotizados.
Harry Cannon
Harry Cannon define la hipnosis como: Un mecanismo fisiológico por el cual una sugestión va directa y es aceptada por el subconsciente. Para que esto ocurra se necesitan cuatro cosas:
Un foco de atención
Un sobresalto
La propia sugestión
Que no haya crítica sobre la sugestión por el intelecto consciente
Cuando se cumplen estos requerimientos, la sugestión arraiga en el subconsciente y exterioriza en función motriz. Esto simplemente quiere decir que la sugestión se ha sobrepuesto a la mente.
Harry asegura que todo nuestro aprendizaje funciona a través de la hipnosis y nos da el siguiente ejemplo: Imagina a un niño pequeño que lo atrapa su madre quitando a otro niño lo que no le pertenece. Imagina a la madre castigando al niño por esta acción, el niño ahora tendrá un foco de atención y una emoción sobresaltada. En ese momento, la madre instruye a su hijo a dejar de hacerlo y a que no lo haga más. Esta sugestión inculcada durante los años formativos del niño se ha, por el criterio anterior, almacenado en el subconsciente sin ningún argumento intelectual por parte del niño. Por esta experiencia, al niño se le inculca una nueva linde social por la cual en el futuro, definitivamente sentirá esos mismos sentimientos y emociones cuando se encuentre en situaciones similares.
La hipnosis está alrededor de nosotros y ocurre todo el tiempo. El nivel de aparente intensidad del estado hipnótico no es nada más que la atestiguación de la experiencia subjetiva de ello y nada más.
Joe Griffin
Joe Griffin define la hipnosis basado en la investigación sobre su sueño como, cualquier medio artificial de acceder al estado REM. Todos los fenómenos hipnóticos incluyendo la amnesia, levitación de los brazos, ilusiones corporales, respuestas ideomotoras, catalepsia, analgesia, anestesia, regresión, son regresiones post hipnóticas, distorsión del tiempo, disociación y alucinación son propiedades del estado REM, el cual él identifica como el estado de programación natural del cerebro y claramente por la condición sexual de los aspectos cognitivos.
Teorías
Una teoría científica trata de describir y explicar el comportamiento natural del fenómeno social, siguiendo los principios del método de la ciencia. Las buenas teorías se producen desde hipótesis que pueden ser apoyadas o refutadas por datos experimentales. Desafortunadamente existen muchas teorías vagas e inestables sobre hipnosis que continúan circulando, aunque las investigaciones de alta calidad se siguen publicando en periódicos científicos de renombre.
Algunas teorías de la hipnosis tratan de describir el fenómeno en términos de actividad cerebral, mientras que otras, se concentran más en la experiencia fenomenológica. En cualquier caso la distinción fundamental está entre las teorías de hipnosis de El estado y el No estado.
Los detractores de El estado creen que parte del núcleo de una hipnosis es el estado de conciencia, mientras que, los detractores del No estado creen que hay un proceso psicológico más mundano, porque la atención enfocada y la expectación son suficientes para explicar el fenómeno hipnótico.
La definición precisa de qué constituye un estado de conciencia alterado es tema de debate. Aunque algunas personas hipnotizadas describen su experiencia como de alterada, es difícil usar estos términos en la ausencia de una definición anterior.
Teorías de disociación y neodisociación
Pierre Janet desarrolló originalmente la idea de la disociación, literalmente como la separación de algunos componentes de la conciencia, como resultado de su trabajo con pacientes histéricos. Creía que la hipnosis era resultado de la disociación: las áreas del control del comportamiento de un individuo están separadas del comportamiento ordinario. En este caso, la hipnosis quitaría algo de control de la mente consciente y el individuo respondería con un comportamiento autónomo y reflexivo.
Teoría de la construcción social / Teoría del Rol
Esta teoría sugiere que los individuos asumen un rol y así permiten al hipnotizador crear una realidad para ellos. Esta relación depende de cuánta narración se haya establecido entre el hipnotizador y el sujeto.Generalmente bajo la hipnosis la gente se vuelve más receptiva a la sugestión, causando cambios en la forma en que se sienten, piensan y se comportan. Algunos psicólogos han sugerido que la hipnosis es una traducción literal, tan bien conocida que las expectaciones sociales son llevadas a cabo por sujetos, quienes creen estar en un estado de hipnosis, comportándose de la manera en que ellos se imaginan que se comporta un hipnotizado (deseabilidad social). Mucho trabajo experimental ha demostrado que las experiencias de los sujetos hipnotizados pueden ser dramáticamente formadas por expectaciones y matices sociales. Este punto de vista normalmente se malentiende: No descuenta la afirmación de que los individuos hipnotizados están realmente experimentando efectos de sugestión, tan solo que los mecanismos por los cuales se lleva a cabo esta acción están en parte construidos socialmente y que no necesariamente se confíe en la idea de un estado de conciencia alterada. En ese sentido por ejemplo, la psicología social estudia la conformidad de ciertos individuos frente a sus pares, y el cambio de actitudes.
Hipótesis de Nicolás Spanos
Nicholas Spanos hipotetizó que los comportamientos asociados con la hipnosis se hacen con conocimiento de la persona. Alegó que había dos razones por las cuales las personas confunden su estado de conciencia por hipnosis. Siendo una de las causas que la misma gente cree que su comportamiento está causado por una fuente externa en vez de por ellos mismos. La segunda está relacionada con los rituales llevados a cabo por la hipnosis. El hipnotista dice ciertas cosas las cuales son primariamente interpretadas como voluntarias y más tarde en el procedimiento como involuntarias. Como ejemplo ´´Relaja los músculos de las piernas´´ y después ´´Tus piernas están blandas y pesadas´´. Los descubrimientos de ´´Spanos´´ no eran para demostrar que el estado de hipnosis no existe en absoluto sino para demostrar que los comportamientos exhibidos por esos individuos se deben a individuos ´´altamente motivados´´.
Hipnosis como proceso condicionado induciendo a dormir
Ivan Pavlov creía que la hipnosis era un sueño parcial. Observó que los varios grados de hipnosis no diferían perceptible y fisiológicamente del estado de despertar y que la hipnosis dependía de insignificantes cambios de estímulos ambientales. Pavlov también sugirió que los mecanismos más bajos del cerebro, estaban envueltos en condición hipnótica. Algunos bien conocidos y modernos hipnoterapeutas se anexan a esta teoría desde que en hipnosis el sujeto parece típicamente estar dormido por tener los ojos cerrados que típicamente es parte del procedimiento de inducción. Sin embargo hay bastante literatura en estudios de la presión arterial, de los reflejos, estudios fisioquímicos y de EEG que indican que la hipnosis se asemeja más a estar completamente despierto.
Teoría de la hiper-sugestibilidad
Actualmente una teoría más popular se basa en que la atención del sujeto está estrechada por ciertas técnicas usadas por el hipnotizador. Como la atención del sujeto se estrecha, las palabras del hipnotizador eventualmente se sobre imponen sobre la voz interior del sujeto. De esta teoría venía la implicación de que solamente mentes débiles o engullibles son sugestionables. Al contrario, es necesario que el sujeto tenga un mínimo de imaginación.
Teoría informacional
Esta teoría aplica el concepto del modelo del cerebro como computadora. Los sistemas electrónicos, ajustan sus redes de regeneración para aumentar el cociente señal-ruido para el funcionamiento óptimo, llamado estado constante. Aumentando la receptabilidad de un receptor permite que los mensajes se reciban con más claridad desde un transmisor, sobre todo intentando reducir la interferencia (ruido) tanto como sea posible. Así, el objetivo del hipnotizador consiste en utilizar técnicas para reducir la interferencia y aumentar la receptabilidad de mensajes específicos (sugestiones).
Estado de histeria
Charcot postuló que la hipnosis era un síntoma de histeria y que solamente las personas que la experimentan se las cree hipnotizables. Aunque los susceptibles a padecer histeria parecen más sugestionables, las personas normales son profundamente hipnotizables, lo cual suscita controversia.
Investigación de la Hipnosis
Se ha llevado a cabo suficiente investigación sobre la naturaleza de los efectos de la hipnosis y la sugestión y ambas continúan siendo una herramienta contemporánea en la investigación psicológica. Un número de diversos filamentos son aparentes:
Los que examinan el estado de hipnosis por sí mismo.
Los que examinan de adentro afuera los efectos y propiedades de las sugestiones de la hipnosis.
Y los que usan la sugestión hipnótica como herramienta para investigar
otras áreas de funcionamiento psicológico.
Con el reciente advenimiento de nuevas técnicas de proyección de imagen del cerebro (principalmente exploraciones de MRI, con EEG y animales contribuyendo en un grado inferior) ha habido un resurgimiento de interés en la relación entre la hipnosis y el funcionamiento del cerebro. Cualquier experiencia humana se refleja de cierta manera en los colores que el cerebro ve o por el movimiento subrayado por la actividad en la corteza visual, el sentimiento de temor es mediado por la actividad en la amígdala de modo que la hipnosis y la sugestión tengan efectos observables sobre la función del cerebro. Una edición importante para los investigadores que llevan a cabo proyección de imagen del cerebro es separar los efectos de la hipnosis y de la sugestión, sabiendo que una sugestión dada durante la hipnosis afecte el área X del cerebro no nos dice solo sobre la hipnosis, nos dice también sobre los efectos de la sugestión. Para explicar esto, los experimentos necesitan incluir una no-hipnótico-respuesta-a-sugerencia. condición- Solo de este modo pueden examinarse los efectos específicos de la hipnosis.
Se ha llevado a cabo un número de estudios de proyección cerebral de imagen mientras los sujetos se encontraban bajo hipnosis. Una selección de estos estudios se explica aquí abajo:
Un experimento científico controlado postula que la hipnosis puede alterar la percepción y opinión de nuestra experiencia de conciencia de un modo que no es posible cuando la gente no está hipnotizada, al menos en gente altamente hipnotizable. En este experimento, la percepción del color cambiaba por la hipnosis en gente altamente hipnotizable, como determinaron los escáneres (PET), (Positron emission tomography), (Kosslyn et al., 2000). (Esta investigación no compara los efectos de la hipnosis en gente menos hipnotizable y por consiguiente podría mostrar poco y casual efecto debido a la falta de un grupo controlado.)
La hipnosis, como forma de conducta natural ha existido desde los orígenes mismos de la humanidad, con diferentes nombres a través de los tiempos, por cierto, pero siendo siempre un mismo fenómeno psiconeurofisiológico. Hoy es entendida la hipnosis cognitiva como un modo, un estilo comunicacional, un estado de receptividad específico y como una predisposición cognitiva a utilizar y optimizar los propios potenciales que cada persona posee.
La hipnosis clínica es una técnica por intermedio de la cual pueden realizarse tratamientos psicoterapéuticos, pero no es un método terapéutico en sí mismo. La hipnosis, para muchos, parece tener una finalidad muy simplificadora de ese arte o técnica que es la psicoterapia. Esta sobre simplificación es un grave error que en mucho perjudica a la hipnología.
Sabemos que para llegar a una meta realmente terapéutica es necesario la puesta en movimiento y la acertada estimulación de las fuerzas madurativas de la personalidad. Sin un Yo maduro y fuerte, no es posible elaborar los conflictos del pasado, ni las exigencias del presente, y con ello poder encaminar la búsqueda hacia una estable y adecuada salud mental. Donde la hipnosis tiene su más amplio campo de labor es en su utilización dentro de la práctica psicoterapéutica.
Por supuesto con un criterio muy alejado de la supresión de síntomas mediante «omnipotentes» fórmulas de un hipnoterapeuta poco formado en psicología profunda, formulaciones tales como «No tendrá más insomnio», «dejará de beber o fumar porque eso es dañino para su salud», «tendrá satisfacción sexual», «a partir de hoy ya no comerá con exceso», «no se sentirá más angustiado y podrá ser feliz». Estas ingenuidades no conducen a nada y son las responsables de que en ciertas épocas haya sido considerada ineficaz la hipnosis.
Analgesia postoperatoria
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El dolor postoperatorio puede ser muy intenso según la cirugía. Hay cirugías que provocan un dolor postoperatorio leve como la cirugía de mama, dolor moderado como la laparoscopia o intenso como la cirugía hepática, torácica o la prótesis de rodilla. El dolor leve e incluso el moderado es controlado fácilmente con analgésicos antiinflamatorios no esteroidales ( AINEs). El dolor intenso es un verdadero reto para el anestesiólogo puesto que hay trabajos que demuestran que un buen control del dolor mejora el estado funcional y la recuperación del paciente.
El abordaje del dolor postoperatorio intenso actualmente es multimodal, utilizando diversas técnicas al mismo tiempo.
Los fármacos opioides como la morfina por vía endovenosa son los más frecuentemente utilizados. La asociación con AINEs permite reducir la dosis y disminuir los efectos secundarios de ambos.
Según el tipo de cirugía se pueden realizar bloqueos nerviosos de la zona operada (Bloqueo paravertebral en cirugía torácica).
La Analgesia peridural torácica con catéter en perfusión continua es cada vez más utilizada en cirugía abdominal y torácica.
La PCA (Patient controled analgesia) consiste en la administración de diferentes fármacos, en general morfina a través de una bomba de perfusión que el paciente puede accionar cuando siente dolor. Puede además administrar una perfusión continua, sobre todo las primeras veinticuatro horas en que el dolor es más intenso. Dicha bomba posee unos mecanismos de seguridad mediante los cuales el paciente no puede administrarse dosis repetidas durante un tiempo de seguridad para evitar efectos secundarios. Diversos estudios han demostrado que es el mejor sistema de analgesia postoperatoria.
Terapia intravenosa
La terapia intravenosa o terapia I.V. es la administración de sustancias líquidas directamente en una vena a través de una aguja o tubo (catéter) que se inserta en la vena, permitiendo el acceso inmediato al torrente sanguíneo para suministrar líquidos y medicamentos. Puede ser intermitente o continua; la administración continua es denominada goteo intravenoso o vía intravenosa. El término "intravenoso" a secas, significa "dentro de una vena", pero es más común que se use para referirse a la terapia IV.
Comparada con otras vías de administración, la vía intravenosa es el medio más rápido para transportar soluciones (líquidos) y fármacos por el cuerpo. Algunos fármacos, al igual que las transfusiones de sangre y las inyecciones letales, sólo pueden darse por esta vía.
Historia
Antecedentes
En el siglo XVII se describió la inyección intravenosa como nuevo procedimiento para la admininistración de fármacos. Las primeras inyecciones de sustancias por esta vía, realizadas con fines experimentales y no terapéuticos, se deben a Christopher Wren (1632-1723), el célebre arquitecto, que inyectó en 1656 vino y cerveza en las venas de un perro. Estos ensayos fueron continuados por Robert Boyle y Robert Hooke, que inyectaron opio y azafrán también en perros, observando sus resultados.
La introducción de la inyección endovenosa en el hombre y su posterior aplicación a la terapéutica se debe fundamentalmente a médicos alemanes como Johann Daniel Major (1634-1693), quien llamó la atención sobre el método en su Chirurgia Infusoria de 1664; y Johann Sigismund Elsholtz (1623-1688), que en su Clysmatica Nova de 1667 (aunque aparecida dos años antes en alemán) dio a conocer sus experimentos en cadáveres y en seres vivos. Con estos trabajos la nueva técnica demostró su eficacia y se difundió rápidamente.
Maduración de la técnica
En 1843, George Bernard logró introducir soluciones de azúcar en animales. Pero fue sólo en la última parte del siglo XIX y a lo largo del siglo XX cuando se desarrolló la terapia intravenosa basada en nociones idóneas de microbiología y asepsia. En 1853, Alexander Wood sería el primero en utilizar la aguja hipodérmica en una técnica de administración de drogas intravenosas. No obstante, quien verdaderamente popularizó el método fue el médico francés Charles Gabriel Pravaz (1791-1855), quien diseñó una jeringa, precursora de las actuales. En 1870, Pierre Cyprien Ore describió el uso de hidrato de cloral intravenoso para dar analgesia durante la cirugía, estableciendo de esta manera la técnica de administración de drogas intravenosas. En cuanto la nutrición parenteral, cuando Rudolf Kraus y Artur Biedl marcaron un hito en 1896, cuando administraron por primera vez glucosa a un hombre.
Desarrollo ulterior
La introducción del tiopental, en 1930, proporcionó una técnica más eficaz en la inducción de la anestesia al utilizar la vía intravenosa; la facilidad de contar con un barbitúrico de acción tan corta como el tiopental hizo pensar que se podría usar tanto para la inducción como para el mantenimiento de la anestesia. En 1944, Pico presentó la administración de una técnica intravenosa continua con tiopental al 1 % usado en infusión continua.
Durante la segunda guerra mundial la mezcla de glucosa y aminoácidos que se venía administrando para nutrición intravenosa, se mostró insuficiente frente las necesidades de los soldados traumatizados. Este problema sólo podía ser resuelto si se lograba aumentar el volumen o la concentración de la infusión. Sin embargo, esto no era viable ya que las venas utilizadas eran de pequeño calibre.
En 1952, se superó ese escollo al difundirse la punción de las venas de grueso calibre. Esta técnica, descripta por Aubaniac tras probarla en heridos de guerra, permitió el uso de concentraciones mayores de glucosa y aminoácidos en la mezcla. En 1959, Francis Moore describió el uso de la vena cava superior para la infusión de altas concentraciones de glucosa. En la actualidad, la administración de opiáceos e hipnóticos forma parte de las técnicas de anestesia balanceada.