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Dr. Jorge García - Urólogo Pediatra
Artículo autorizado para la publicación en el Directorio Médico Quito.
LA UROLOGÍA PEDIÁTRICA
La Urología Pediátrica es una Subespecialidad que se involucra en el manejo de las enfermedades quirúrgicas del aparato genitourinario de niños y adolescentes y su seguimiento clínico a largo plazo. Esta ligada a la prevención de patologías del árbol urinario que pueden comprometer la calidad de vida del paciente y por otro lado en urología pediátrica se habla mucho de detección y manejo de las mismas inclusive en la etapa antenatal del ser humano. El Urólogo pediatra es un subespecialista con dedicación exclusiva proveniente de la Cirugía pediátrica o de la Urología general con capacidad y acreditación para manejar a los pequeños pacientes desde la edad antenatal hasta la adolescencia y en algunos casos como en los pacientes portadores de vejiga neurógena hasta la edad adulta. En lo posible dentro de sus destrezas y aptitudes a mas del criterio clínico debe manejar tecnología de abordaje quirúrgico como la endourología, laparoscopia, abordaje robótico, retroperitoneoscopia y microcirugía.
Para comprender mejor las enfermedades que comprometen el árbol genitourinario, debemos mencionar que después de la concepción o fecundación entre el ovulo materno y el espermatozoide paterno inéditamente empieza una cascada de crecimiento celular con la formación del futuro embrión o feto que normalmente tendrá dos posibilidades de genero: femenino o masculino. De la misma manera en las tres a 4 semanas de gestación se conformará desde el riñón embrionario pasando por los uréteres, vejiga hasta llegar a la uretra femenina o masculina.
De allí podemos entender que anormalmente se generen un sinnúmero de enfermedades malformativas congénitas que involucren a los llamados órganos nobles como el riñón y la vejiga urinaria, así como malformaciones entre leves a severas de los órganos genitales femeninos o masculinos que pueden ir desde una simple fimosis hasta un genero indiferenciado, ósea aquellos recién nacidos en los que no se puede asignar genero (sexo) por el trastorno del desarrollo sexual que se evidencia en el examen físico en el neonato.
Con el avance de la tecnología imagenológica como la ultrasonografía y los equipos con instrumental de mínimo acceso, la subespecialidad que mas ha potenciado su desarrollo en los últimos 30 años es la Urología Pediátrica, de modo tal que en el planeta se han salvado millones de pequeñas vidas humanas en este lapso de tiempo, que años o décadas atrás estaban condenados a fallecer tempranamente por insuficiencia renal secundaria a grandes enfermedades como la Hidronefrosis obstructiva y/o refluyente. La vejiga neurogena o simplemente los riñones multquisticos afuncionantes. El trasplante renal en paciente pediátrico es otro de los grandes logros de la urología pediátrica mundial desde los años 80s y en nuestro país desde el 2016 contamos con un centro hospitalario de tercer nivel con atención integral a los niños y adolescentes insuficientes renales que por causa de una enfermedad congénita obstructiva o refluyente, o por causa de enfermedades de tipo autoinmune dañaron el funcionamiento de la llamada nefrona o estructura básica del riñón perdieron su función renal. Luego de un análisis minucioso diagnóstico en conjunto con los nefrólogos se programan los pacientes para realizarlos un trasplante renal que mejorara su calidad de vida.
Hablar de urología pediátrica es hablar de uno de los motivos de consulta mas frecuentes en la subespecialidad: Las Infecciones de la vía urinaria y cuando estas son repetitivas y de tipo febril en el pequeño infante hay que sospechar en el temible Reflujo vesico ureteral que es la enfermedad mas degradante del sistema urinario y como ya es sabido puede ocurrir desde la vida fetal y generar un grado de insuficiencia renal antenatal con orina estéril. De allí se comprende que muchos de estos niños nacen con riñones displasicos. En el postnatal al contaminarse la orina con bacterias en este tipo de enfermedad es fácil comprender que las bacterias ascienden con la orina desde la vejiga a los riñones y las substancias nocivas o endotoxinas que dejan las bacterias en los riñones ocasionan la pielonefritis y consecuente muerte lenta de las nefronas hasta llegar a la insuficiencia renal total si no se controla medicamente o con cirugía el flujo anormal retrogrado de orina desde la vejiga hasta los riñones.
A l mencionar la vejiga neurogena tenemos que comprender que esta es una enfermedad de tipo secundaria y generalmente es producto de otras enfermedades o síndromes especialmente de tipo neurológico como el mielomeningocele, espina bífida oculta. tumores de canal medular, diabetes por daño de nervios, infecciones urinarias a repetición o por causas desconocidas, inclusive se puede llegar a un tipo de vejiga neurogena por malos hábitos alimenticos y disfuncionales evacuatorios mixtos: estreñimiento y disfunción evacuatoria miccional. Al preguntar porque se forma una vejiga neurogena, la respuesta es que al ser un órgano activo la vejiga con funciones de reservorio y correcto vaciamiento necesita tres condiciones para funcionar adecuadamente:
La primera una anatomía adecuada entre la desembocadura de uréteres, vejiga y cuello vesical con uretra.
La segunda y muy fundamental por la que se entiende el compromiso de enfermedades neurológicas centrales o periféricas: el sistema nervioso central que le da a la vejiga un control autónomo insensible de llenado, luego viene el aviso de deseo miccional y vaciado y un sistemas de nervios que le dan al ser humano un control sensible sobre la evacuación de orina.
La tercera producto de las anteriores premisas: se necesita normalmente una vejiga que trabaje a presiones complacientes o bajas y la micción sea armónica y sin resistencia de salida.
Ante la presencia de vejiga neurogena hay que diagnosticar el tipo de afección, si es de alta o baja presión, si tiene riesgo de reflujo o hay que tratar la incontinencia urinaria, de allí comprenderemos que esta enfermedad requiere muchas veces de tratamientos reconstructivos de la vía urinaria y se mencionan derivaciones como los conductos de Mitrofanoff, ya que estos pacientes requieren de una vía para evacuar la orina mediante cateterismos al no poder miccionar espontáneamente. Cirugías para crear esfínteres artificiales o naturales en el cuello vesical.
Se mencionan ampliaciones vesicales con intestino o tejido de uréter en pacientes con vejigas pequeñas y finalmente se menciona que estos pacientes en muchos casos tarde o temprano caerán en insuficiencia renal y requerirán un trasplante renal el cual se vuelve de difícil manejo.
La oncología en los órganos del árbol urinario y genital de los pequeños pacientes es cada vez mas frecuente y nos vemos enfrentados a realizar prolijos tratamientos oncológicos en base a quimioterapia asociada a cirugía que generalmente es de tipo resectiva. En la actualidad vemos mucho los tumores de Wilms que es una neoplasia maligna del riñón. Con un adecuado tratamiento y abordaje la sobrevida del paciente puede llegar al 100% de éxito en la mayoría de los casos. Hay una variedad de tumoraciones de tipo benigno o maligno que afectan a las glándulas suprarrenales, uréteres, vejiga, gónadas y requieren su tratamiento específico.
Al hablar de microcirugía debemos mencionar la hipospadia como la enfermedad congénita de ausencia de uretra masculina y que puede estar relacionada o ligada a trastornos de desarrollo sexual, o los llamados genitales ambiguos. En todo caso cuando la hipospadia esta libre de trastorno de desarrollo sexual se programa la reconstrucción y creación de neouretra en uno o dos tiempos utilizando el prepucio de preferencia como tejido para crear la uretra inexistente. De la misma manera nos vemos abocados a reconstruir uretras lesionadas por trauma de cualquier índole y en nuestro país se observa mucho por accidente de transito tipo atropellamiento.
En las ultimas décadas se aprecia mucho el cambio alimentario en la población mundial infantil con el incremento de enfermedades metabólicas y que en el árbol urinario desembocan en la creación y aparición de piedras o cálculos de la vía urinaria con el consecuente cuadro obstructivo infeccioso y doloroso que puede llevar a la perdidas de la función del riñón.
Al ser cuadros emergentes tenemos que realizar procedimientos extremos con el objeto de retirarlos como son las ureteroscopias flexibles con demolición de las piedras con laser, o los procedimientos extracorporeos como la litotripcia extracorpórea. Existen casos complejos de cálculos enclavados en el riñón que nos obligan a realizar procedimientos llamados miniperc. (abordaje percutáneo del riñón) o inclusive abordajes mixtos con laparoscopia o cirugía robótica con el objeto de desobstruir la vía urinaria.
Testículos no descendidos. Síndrome del escroto vacío
Los testículos son las gónadas donde se producen las hormonas de la masculinidad y por lo tanto son esenciales en el desarrollo de los caracteres sexuales, y además tienen una función no menos importante que es la producción de espermatozoides. Sin embargo, esta última es más sensible y por lo tanto más fácilmente alterada.
Al nacer los testículos deben estar ya en la bolsa escrotal o descender pocas horas después y cuando esto no ocurre estamos ante una situación que de persistir necesitará tratamiento quirúrgico.
La criptorquidia es más frecuente del lado derecho, pero también puede ser izquierda o bilateral siendo más grave este último caso.
Podemos decir que hasta los 6 meses existen altas probabilidades de descenso espontaneo, pero después de este tiempo se puede realizar el diagnóstico definitivo y planificar la cirugía cerca del año de edad.
Las complicaciones de esta enfermedad pueden ser varias, pero destacan los trastornos psicológicos, la infertilidad, el trauma del testículo, la torsión y la malignización y este es el motivo por el cual estos niños deben operarse en el momento adecuado.
En algunos niños los testículos pueden estar intraabdominales y por este motivo no se palpan al examinar al paciente y estos casos se tratan mejor por vía laparoscópica.
El urólogo pediátrico debe evaluar los lactantes con criptorquidia en los primeros 2 o 3 meses de vida y debido a que los testículos pueden continuar su descenso hasta los 6 a 9 meses el tratamiento debe posponerse hasta esa edad.
El descenso y fijación quirúrgica de uno o dos testículos en el escroto (orquidopexia), es el tratamiento de elección. Esta cirugía se puede realizar por técnica abierta clásica o por vía laparoscópica.
Hipospadias y cuerda ventral
Es una malformación congénita que ocurre en 1 de 250 varones nacidos vivos y consiste en la malposición del meato uretral. En vez de una abertura uretral en la punta del glande, la uretra se abre en cualquier punto de la cara ventral del pene desde cualquier punto proximal a la posición normal hasta el escroto y el periné. Sin embargo, la mayoría de los defectos son distales, y ocurren en el glande o cerca del glande.
Entre el 15% y el 50% de los casos tienen una cuerda ventral asociada y el 8% presenta testículos no descendidos. Un pequeño número de casos presenta una hipospadias severa con un meato bien alejado del glande.
La cirugía tiene una complejidad variable en dependencia de la severidad de la malformación y puede consistir en plastia del glande y avance del meato uretral o bien una reparación de la uretra y desencorde del pene que puede necesitar una realización en uno o dos tiempos.
Vejiga neurogénica
La causa más común es el mielomeningocele y prácticamente todos los pacientes con espina bífida tienen vejiga neurogénica que puede conducir al deterioro del sistema urinario superior, por lo que resulta necesaria una pronta valoración y tratamiento de estos pacientes.
El cateterismo vesical intermitente limpio y la medicación anticolinérgica son las 2 medidas más importantes en el tratamiento de la vejiga neurogénica. En otros casos el uso de toxina botulínica, los anticolinérgicos, el cateterismo vesical nocturno, procedimientos quirúrgicos como la vesicostomía, ureterostomía, la vesicostomía continente de Mitrofanoff, la cistoplastia de aumento, el sling vesical para lograr continencia, etc.
Las metas del tratamiento son: conseguir una vejiga de capacidad adecuada con presiones bajas y que vacíe bien para preservar el tracto urinario superior y lograr la continencia urinaria. El objetivo final es la protección de ambos riñones.
Al nacimiento puede verse la existencia de mielomeningocele o diversas formas de lipoma o lipomeningocele. Asimismo, será necesario estudiar a todos los niños nacidos con malformaciones anorrectales, seno urogenital y cloaca, ya que en muchos de ellos puede aparecer este trastorno.
En otros casos, el diagnóstico puede ser más tardío, ante la aparición de síntomas como infección urinaria, retención o incontinencia, que al hacer los estudios pertinentes nos pueden revelar una agenesia de sacro, lipomas.
Si hay disinergia vesicoesfinteriana, la presión de salida de líquido es mayor de 40cm de agua o existe reflujo vesicoureteral, debe instaurarse el cateterismo vesical intermitente, como medida profiláctica de la infección urinaria y el deterioro renal.
El deterioro puede deberse al síndrome de “médula anclada” que es más frecuente que aparezca durante los primeros 6 años de vida.
Valvas de uretra posterior y síndrome de vejiga valvular
Se trata de una anomalía congénita que produce obstrucción parcial a la evacuación de la vejiga y que lentamente daña la vejiga y posteriormente el riñón por lo cual es importante la corrección tempana de esta alteración y la conciencia de la existencia de una alteración funcional de la vejiga asociada a dicha obstrucción que obliga al seguimiento de estos pacientes a muy largo plazo.
Reflujo vesicoureteral
La combinación de duplicidad ureteral y reflujo vesicoureteral es muy frecuente en urología pediátrica. El reflujo vesicoureteral es la causa más frecuente de enfermedad renal adquirida en estos casos.
El diagnóstico se puede sospechar por ecografía y se establece en la pielografía endovenosa y en la uretrocistografía miccional.
El reflujo ocurre típicamente en la mitad inferior del riñón duplicado el cual esta drenado por un uréter con un meato ectópico lateralizado y con un túnel submucoso corto.
El uréter del polo superior presenta un meato medial y más caudal lo que se conoce como la ley de Meyer-Weigert y tiene un túnel submucoso más largo y generalmente no presenta reflujo.
Cuando existe reflujo en ambos polos generalmente es porque ambos meatos ureterales están adyacentes y laterales. El reflujo en el polo superior también puede ocurrir si el meato esta ectópico en el cuello vesical o en la uretra, debido a que allí el uréter llega sin el soporte de un adecuado túnel submucoso en el trígono.
En los reflujos grado I y II el manejo conservador es adecuado mientras no presenten infecciones severas o cicatrices renales evidentes.
La colocación de copolímeros mediante cistoscopía para la corrección del reflujo es un método seguro y efectivo cuando no existen divertículos parameatales asociados u otras alteraciones del piso vesical, sin embargo, en los casos con doble sistema el índice de resolución es menor.
En los reflujos de alto grado la corrección quirúrgica está indicada.
En la duplicación completa sin embargo los últimos 3 centímetros de los 2 uréteres están rodeados de una vaina muscular común y su separación es riesgosa por el peligro de devascularización.
Por esto se hace necesario el reimplante de la vaina común aun si el reflujo es identificado en un solo uréter.
En algunos casos es necesario realizar remodelación del uréter inferior o anastomosis uretero-ureteral, pero muy rara vez es necesario realizar nefrectomía polar.
Obstrucción de la unión pieloureteral
Se trata de una anomalía con alto potencial de daño renal que puede ser diagnosticada antes del nacimiento y que necesita un seguimiento posnatal estricto para evaluar su evolución y gravedad y determinar los casos que necesitan ser operados pues el aumento de la presión dentro de la pelvis del riñón disminuye la irrigación sanguínea y deteriora el parénquima renal. Para su evaluación se utilizan la gammagrafía y la ecografía y en ocasiones otros estudios complementarios.
El tratamiento quirúrgico se debe realizar por vía laparoscópica y en la actualidad también por vía robótica.
Laparoscopía en urología pediátrica
Testículos no palpables
La laparoscopía en urología pediátrica comenzó con el diagnóstico de los testículos no descendidos no palpables y en la actualidad los criterios y técnicas laparoscópicas para la evaluación y corrección quirúrgica simultanea están bien avanzados.
Las indicaciones de la cirugía laparoscópica en urología pediátrica están en aumento y hoy se utilizan para todo un espectro de situaciones que van desde el diagnóstico de diferentes anomalías, cirugías como ligadura de venas espermáticas, orquidopexias, nefrectomías, hasta reconstrucciones complejas como pieloplastia laparoscópica y reimplante vesicoureteral laparoscópico.
El beneficio es claro al disminuir la morbilidad postoperatoria, acortar la convalecencia, mejor resultado estético y menor dolor postoperatorio. Su visión es sobre 10 ampliaciones a la visión normal y 2D (2 dimensiones)
Apéndico-vesicostomía de Mitrofanoff
El abordaje laparoscópico en la cirugía urológica pediátrica reconstructiva disminuye la morbilidad, acelera la recuperación y mejora el resultado estético. La operación de Mitrofanoff se realiza a través de 3 puertos abdominales.
Este proceder es complejo de realizar totalmente por vía laparoscópica y por esto en algunos casos se elige una técnica asistida por laparoscopia donde una parte de la cirugía se hace abierta o también es ideal el uso de la robótica que facilita el proceder.
Cirugía robótica en urología pediátrica
La robótica permite un control superior del proceso quirúrgico y realizar procederes más complejos con mayor seguridad y facilidad y por ello es especialmente útil en casos de duplicidad ureteral, ureterocele, divertículo vesical, reflujo vesicoureteral obstrucción de la unión ureteropiélica, vejiga neurogenica, etc.
Constituye en la actualidad el procedimiento mínimamente invasivo mas avanzado en el planeta ya que permite con visión en 3D (3 dimensiones similar a la vista natural que ofrecen los ojos humanos) con la ventaja de mas de 20 ampliaciones sobre la visión normal de una cirugía convencional y dos ampliaciones sobre la visión laparoscópica que es 2D. Situación que se traduce en mayor precisión a la hora de disecar y reparar los tejidos delicados de la vía urinaria.
El robot Da Vinci esta dotado de un sellador de alta precisión para coagular arterias, venas de varios calibres y evitar sangrados trans y postoperatorios que pongan en riesgo la vida y salud del paciente. El instrumental articulado y comandado por la consola desde donde opera el cirujano permite realizar disecciones de tejidos y reparos complejos sin que aparezca micro temblor característicos de los procedimientos convencionales o laparoscópicos sobre las 6 horas por agotamiento físico de las manos y brazos del cirujano; convirtiéndose en un procedimiento amigable para paciente y cirujano.
La Urología tiene como ámbito anatómico de actuación el riñón y sus estructuras adyacentes, las vías urinarias y el aparato genital masculino, atendiendo las disfunciones de los siguientes órganos y estructuras: glándula suprarrenal, riñón (aspectos morfológicos y alteraciones obstructivas), retroperitoneo y región lumbar, uréter, vejiga, próstata, vía seminal, uretra, estructuras del suelo pelviano, pene, escroto, testículo y epidídimo. El tratamiento de las correspondientes enfermedades puede ser médico, con el empleo de todo tipo de fármacos, y quirúrgico, incluyendo intervenciones por vía abierta, laparoscopia, endoscopia y métodos radiológicos. La Urología es una especialidad médico-quirúrgica que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades morfológicas renales y de las del aparato urinario y retroperitoneo que afectan a ambos sexos; así como de las enfermedades del aparato genital masculino, sin límite de edad.
Las principales enfermedades urológicas son los tumores (benignos y cancerosos) y los traumatismos de cada uno de los órganos antes señalados, la infección urinaria, la litiasis (formación de cálculos o piedras), las estenosis (estrecheces de los conductos urinarios), las malformaciones renales y de la vía urinaria (ausencia de riñón, ectopia renal, poliquistosis, síndrome de la unión pieloureteral, megauréter, ureterocele, válvulas de uretra, hipospadias-epispadias, criptorquidia, estados intersexuales), la incontinencia de orina y otras alteraciones de la micción, los problemas de la próstata (cáncer, hiperplasia y prostatitis), la disfunción eréctil (antes llamada impotencia), la infertilidad (antes llamada esterilidad) así como otros problemas genitales masculinos (incurbación del pene, hidrocele, varicocele) y ciertos problemas de suelo pelviano femenino (cistocele).
El urólogo conoce con precisión la anatomía, fisiología, fisiopatología, etiología, expresión clínica, nosología, métodos de reconocimiento diagnóstico, procedimientos terapéuticos, médicos y quirúrgicos, de los órganos, aparatos y sistemas descritos anteriormente, dentro del ámbito científico, médico y legal de la especialidad de Urología.
Urología actual
El desarrollo de la Urología durante el siglo XX ha sido extraordinario. Del cistoscopio explorador se pasó inmediatamente al panendoscopio como elemento de trabajo quirúrgico, especialmente en la patología de los tumores vesicales y de próstata, totalmente vigente hoy día, habiéndose añadido importantes avances en tecnología óptica, mecánica, eléctrica y láser. Las técnicas endoscópicas se han aplicado a nivel renal y ureteral a partir de los años 70, y el equipamiento quirúrgico urológico ha servido para el desarrollo de la cirugía laparoscópica, con aplicaciones en al territorio suprarrenal, riñón, uréter, espacio retroperitoneal, vejiga, próstata y uretra. Muchas especialidades, entre las que se hallan la cirugía digestiva, torácica, ginecología, ortopedia, y ORL se han beneficiado de los avances tecnológicos conseguidos por la Urología.
La urología actual puede abordar desde un punto de vista integral, médico y quirúrgico, todas las dolencias de su área de influencia anatómica (órganos, aparatos y sistemas) y nosológica (enfermedades, síndrome, síntomas y signos clínicos), pudiendo dar respuesta a los problemas de sus pacientes, desde un conocimiento profundo y completo de la especialidad.
Los urólogos tienen una visión médica y quirúrgica de las enfermedades del aparato urinario del hombre y la mujer y del aparato genital en el hombre. Están capacitados para abordar la patología quirúrgica empleando métodos de cirugía clásica abierta para los riñones, el retroperitoneo y la pelvis, a través de incisiones en la región lumbar (lumbotomía), abdominal (laparotomía, y accesos extraperitoneales) y perineal que están siendo sustituidos por abordajes por laparoscopia y endoscopia (cirugía mínimamente invasiva) en casi todas las indicaciones, logrando importantes avances en lo referente a seguridad y eficacia.
En la actualidad sólo se reservan a cirugía abierta algunos casos complejos o procedimientos específicos imposibles de realizar por endoscopia, si bien es presumible que cualquier intervención llegue a ser manejada en primera instancia mediante la laparoscopia o robótica. Procedimientos clásicos como la nefrectomía, cistectomía y prostatectomía pueden ser ya abordados con estas nuevas técnicas. Por otra parte los urólogos poseen un profundo conocimiento de la terapéutica médica de su especialidad. Para ello emplean múltiples terapias con fármacos tanto en cáncer urológico (quimioterapia e inmunoterapia local, hormonoterapia), infección urinaria (antibioterapia), incontinencia y disfunciones de la vejiga (inhibidores de la función vesical), disfunciones de la próstata (inhibidores adrenérgicos, antiandrógenos), urolitiasis (dietética, citratos, alcalinización y acidificación urinaria, diuréticos) y andrología (androgenoterapia, precursores de la erección y moduladores de la eyaculación). Asimismo conocen las terapias rehabilitadoras del aparato urinario, suelo pelviano y función sexual.
Futuro de la Urología
El futuro tecnológico en urología bascula entre las opciones médicas y las quirúrgicas, ambas destinadas a tratar al enfermo de manera mínimamente invasiva. De la mano de la terapia génica se obtendrán soluciones para las diversas formas de cáncer urológico. En el terreno diagnóstico la endoscopia obtenida por lectura tomodensitométrica o de resonancia magnética permitirá reconstruir con destalle la luz del tracto urinario; y los nuevos marcadores tumorales permitirán detectar precozmente la enfermedad y seguirla con gran precisión. Todos estos apartados son ya una incipiente realidad hoy día que está dejando paso a nuevas expectativas biotecnológicas. Las expectativas de futuro se van renovando a gran velocidad y ahora es tiempo de hablar de proyectos más relacionados con la bioingeniería que con las ramas de la biología pura. Aspectos como la robótica, la telemedicina, la nanotecnología y la ingeniería tisular son revisadas, justo en este momento en que están irrumpiendo en la especialidad urológica.
La urología (del griego οὖρον - oûron, "orina" y -λογία, -logia "estudio de") es la especialidad médico-quirúrgica que se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de las patologías que afectan al aparato urinario, glándulas suprarrenales y retroperitoneo de ambos sexos y al aparato reproductor masculino, sin límite de edad, como las enfermedades de las partes bajas de los chicos como por ejemplo el falo.
La urología incluye distintas subespecialidades.
Andrología
La andrología es la parte de la urología encargada del estudio, investigación, y exploración de cualquier aspecto relacionado con la función sexual y reproducción masculina.
Los principales problemas de los que se encarga la andrología son los trastornos de erección, otros trastornos sexuales del varón y la infertilidad masculina.
De los aspectos relacionados con enfermedades del aparato genitourinario masculino se encarga la urología.
Laparoscopia
Laparoscopia urológica o urolaparoscopia es una rama de reciente aceptación en la Urología. Clayman en Norteamérica realizó la primera nefrectomía Laparoscópica. A partir de allí de ha venido ampliando su uso, al grado de que los procedimientos que se llevaban a cabo con Cirugía abierta, ahora casi en su mayoría se pueden realizar por Laparoscopia. Su progreso ha sido distinto en los diversos países, pero a la fecha se realiza de manera global. Los procedimientos que con mayor frecuencia se efectúan con esta técnica incluyen: Nefrectomía radical y parcial, Pieloplastía, Linfadenectomía lumboaórtica, Cistectomía y Cistoprostatectomía.
Urología pediátrica o infantil
La urología pediátrica es aquella subespecialidad médica dedicada a estudiar las enfermedades del genital y urinario de los niños y bebés siendo necesario para esto el haber realizado al menos 1 a 2 años más después de una especialización en Cirugía Pediatría o en Urología. En países europeos, los Estados Unidos y así como en algunos de América latina (México) es ideal tener este tipo de estudio.
Urolitiasis
La urología de la litiasis o urolitiasis es aquella subespecialidad (en algunos países se utiliza mejor el término superespecialidad para referirse a un apartado concreto de una especialidad) que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que se manifiestan con formación de cálculos urinarios (piedras o concreciones). Los cálculos pueden formarse en cualquier punto de la vía urinaria, desde las cavidades del riñón a la uretra, conformando lo que se ha llamado "mal de piedra". Las localizaciones más comunes son riñón, uréter y vejiga. La composición más frecuente es el oxalato cálcico. La urolitiasis constituye uno de los apartados más clásicos de la urología. Los primeros casos conocidos se remontan a las antiguas civilizaciones de Egipto y América precolombina. En excavaciones arqueológicas se han hallado momias con restos litiásicos en riñones y en vejiga. Durante la edad media y el renacimiento los litotomistas (personas con habilidad para extraer cálculos de vejiga o litotomía) difundieron los primeros tratamientos quirúrgicos frente a esta enfermedad. La cirugía abierta fue la terapia convencional de la urolitiasis hasta llegar a su auge a mediados del siglo XX. En los años 70 de dicho siglo apareció la litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC), capaz de fragmentar los cálculos sin necesidad de cirugía, aunque no haya resultado eficaz en todos los casos. Por ello se ha ido consolidando el tratamiento de la urolitiasis mediante endourología, con técnicas como la ureterorrenoscopia y la cirugía percutánea, que no han cesado de evolucionar. La aparición de endoscopios flexibles, sistemas digitales de visualización y pincería de gran precisión, así como el empleo de energías neumática, ultrasónica o láser hacen posible la fragmentación y extracción de las concreciones en la mayoría de casos. Pese a estos avances no existe en la actualidad un tratamiento farmacológico eficaz que evite la formación de los cálculos urinarios.
El trasplante de riñón o trasplante renal es el trasplante de un riñón en un paciente con enfermedad renal avanzada. Dependiendo de la fuente del órgano receptor, el trasplante de riñón es típicamente clasificado como de donante fallecido (anteriormente conocido como cadavérico), o como trasplante de donante vivo. Los trasplantes renales de donantes vivos se caracterizan más a fondo como trasplante emparentado genéticamente (pariente-vivo) o trasplante no emparentado (no emparentado-vivo), dependiendo de si hay o no una relación biológica entre el donante y el receptor.
¿Que son las enfermedades urológicas?
Las enfermedades urológicas pueden ser muy diferentes en naturaleza. Los urólogos toman en cuenta todas las funciones del tracto urinario y están entrenados para realizar cirugías así como tratar con medicamentos. Frecuentemente, los urólogos se especializan en un área específica dentro de la urología, por ejemplo el cáncer urológico. Las enfermedades urológicas incluyen:
Cálculos renales y uretrales
Los cálculos renales y uretrales son muy frecuentes, pero es difícil saber cuántas personas padecen esta condición en Europa.
Un cálculo o lito es una masa dura que se desarrolla a partir de cristales los cuales se encuentran en la orina dentro del tracto urinario. Pueden ser encontrados en el riñón o dentro del uréter (el tubo que saca la orina del riñón a la vejiga).
Los cálculos renales y uretrales pasan a menudo sin ningún síntoma o molestia, pero esta condición puede ser considerada dentro de las experiencias más dolorosas conocidas. En el pasado, se conocía como la “enfermedad de la cenicienta”, ya que era un padecimiento frecuente pero con poca visibilidad pública. En nuestros días, más personas están propensas a formar cálculos por los cambios en el estilo de vida y dieta occidental.
Datos de interés
•Los cálculos son frecuentes: 1 de cada 10 personas formaran un cálculo en algún momento.
•Tienes una posibilidad de 5 a 10% de formar cálculos durante tu vida.
•Los hombres forman cálculos más frecuente que las mujeres con un ratio 3 a 1. Esta diferencia es menor debido quizás a los cambios del estilo de vida y la dieta.
•Hay más posibilidad de formar un cálculo entre los 30 a 50 años.
•Pacientes que forman cálculos lo hacen más de una vez en su vida.
Crecimiento benigno de próstata
¿Qué es la próstata?
La próstata es una glándula situada en las vías urinarias inferiores, debajo de la vejiga y que rodea la uretra . Sólo los varones tienen próstata. Se encarga de producir el líquido que contiene el semen, y está formada por músculos lisos que contribuyen a expulsarlo durante la eyaculación.
Una próstata sana tiene el tamaño aproximado de una nuez grande, con una capacidad de 15-25 mililitros. La próstata va aumentando poco a poco de tamaño a medida que el hombre envejece.
Las enfermedades de la próstata suelen ir asociadas al envejecimiento, pudiendo producir algunos síntomas molestos en las vías urinarias inferiores de los varones a partir de los 50 años. Con mucha frecuencia dichos síntomas se deben a un aumento del tamaño de la glándula, lo que se conoce como crecimiento benigno de próstata (CBP) .
El crecimiento benigno de próstata es una situación afección común, relacionada con los cambios hormonales, que tienen lugar a medida que el hombre envejece. Las enfermedades de la próstata pueden llegar a ser muy preocupantes pero es importante saber que el CBP no es cáncer de próstata ni llega a serlo aunque se deje sin tratar. Sin embargo, ambas patologías pueden desarrollarse al mismo tiempo al ir envejeciendo, por lo que conviene consultar con el urólogo para exponerle cualquier preocupación al respecto.
Cáncer de riñón
¿Qué es el cáncer de riñón?
El cáncer de riñón es un crecimiento celular maligno (un tumor) en los riñones. Su nombre médico es carcinoma de células renales. Un tumor de riñón puede ser benigno también.
Cáncer de riñón es un término genérico. Hay varios tipos de tumores de riñón, y varios estadios de la enfermedad. Su tratamiento dependerá de las características específicas de su tumor en particular, y de la experiencia de su equipo médico.
Los distintos apartados de este documento proporcionan información general sobre el cáncer de riñón, su diagnóstico y opciones terapéuticas. Hable con su médico para comentar su situación individual.
El cáncer de riñón representa alrededor del 2% de los cánceres diagnosticados en todo el mundo. En los últimos veinte años el número de casos de cáncer de riñón ha aumentado ligeramente en Europa, pero la tasa de supervivencia también ha crecido en la mayor parte de la región. Debido al uso más frecuente y a las mejoras en la tecnología de la ecografía y la tomografía computarizada o TC, también conocida como TAC cada vez se diagnostican más casos de cáncer de riñón en etapas más tempranas.
El cáncer de riñón se encuentra más frecuentemente en hombres que en mujeres. La mayor parte de los casos se diagnostican entre los 60 y 70 años.
Estados de la enfermedad
Existen varios estados de cáncer de riñón. Si el tumor se encuentra limitado al riñón, y no se ha extendido a otros órganos, se llama cáncer de riñón localizado. En el cáncer de riñón localmente avanzado el tumor ha crecido fuera del riñón, afectando a los tejidos vecinos, e invadiendo vasos sanguíneos, la glándula suprarrenal, o los ganglios linfáticos. Los médicos hablan de enfermedad metastásica cuando el cáncer se ha extendido a vasos linfáticos alejados, o a otros órganos.
Factores de riesgo para el cáncer de riñón:
Las causas del cáncer de riñón son a menudo difíciles de determinar. Algunos factores de riesgo generales son el tabaquismo y la obesidad.
Tener un familiar de primer grado con cáncer de riñón, o la tensión arterial elevada también son factores de riesgo potenciales. Algunos cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, o mantener un peso adecuado, pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer de riñón.
Otras enfermedades:
Cáncer de próstata
Cáncer de vejiga
Cáncer de testículo
Cáncer de pene
Cáncer de uretra
Síntomas de vejiga hiperactiva
Nicturia
Incontinencia
Disfunción sexual
(Disfunción eréctil)
Infertilidad masculina
Dolor pélvico
Infecciones urológicas
La disfunción eréctil (con frecuencia aún llamada en español incorrectamente impotencia, que técnicamente ya no es el término aceptado por los especialistas en sexología) es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.
La palabra impotencia también puede usarse para describir otros problemas que interfieren con la relación sexual y con la reproducción, tales como la falta de deseo sexual (véase libido) y los problemas con la eyaculación o con el orgasmo. El uso del término disfunción eréctil deja en claro que esos otros problemas no están implicados.
La disfunción eréctil (o DE) puede ser, aunque no necesariamente, una incapacidad total para lograr una erección, una capacidad inconsistente para hacerlo, o una tendencia a tener solamente erecciones breves. Estas variaciones hacen difícil definir la DE y calcular su incidencia.
Los cálculos varían desde 20 hasta 30 millones de casos, según la definición usada. De acuerdo con la encuesta de Atención Médica Ambulatoria Nacional (NAMCS, siglas en inglés), por cada 1.000 hombres en EE.UU., se hicieron 7,7 visitas al consultorio médico por DE en 1985. En 1999, la frecuencia casi se había triplicado a 22,3. El aumento se produjo de modo gradual, presuntamente a medida que se pusieron a disposición más ampliamente tratamientos tales como los dispositivos de vacío y los medicamentos inyectables y comenzó a aceptarse la discusión de la disfunción eréctil. Es posible que el avance más publicitado fuera la introducción del medicamento oral citrato de sildenafil (Viagra) en marzo de 1998. Los datos de NAMCS sobre medicamentos nuevos muestran un cálculo de 2.6 millones de menciones de Viagra en visitas al consultorio médico en 1999, y un tercio de esas menciones tuvieron lugar durante visitas para un diagnóstico no relacionado con DE.
Causas de la disfunción sexual.
En los hombres mayores, la DE generalmente tiene una causa física, como una enfermedad, una lesión o efectos secundarios de medicamentos. Cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede causar DE. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5 por ciento de los hombres de 40 años de edad y entre el 15 y el 25 por ciento de los hombres de 65 años de edad experimentan DE. Pero la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable del proceso de envejecimiento.
Debido a que una erección requiere una secuencia precisa de eventos, la DE puede presentarse cuando cualquiera de tales eventos se interrumpe. La secuencia completa incluye los impulsos de los nervios en el cerebro, en la columna vertebral y en el área alrededor del pene, así como las respuestas de los músculos, los tejidos fibrosos, las venas y las arterias en y cerca de los cuerpos cavernosos del pene.
La causa más común de DE es el daño a los nervios, a las arterias, a los músculos lisos y a los tejidos fibrosos, a menudo como resultado de una enfermedad. Enfermedades tales como la diabetes, afecciones del riñón, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple, arteriosclerosis, psoriasis, enfermedad vascular y enfermedad neurológica son responsables de alrededor del 70 por ciento de los casos de DE. Entre el 35 y el 50 por ciento de los varones con diabetes padecen DE.
Una cirugía (especialmente la cirugía radical de próstata debido a cáncer) puede lesionar también nervios y arterias cerca del pene y causar DE. Una lesión en el pene, la columna vertebral, la próstata, la vejiga y la pelvis puede llevar a DE y producir lesión en los nervios, los músculos lisos, las arterias y los tejidos fibrosos de los cuerpos cavernosos.
Además, muchos medicamentos comunes -medicamentos para la presión arterial, antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, supresores del apetito y cimetidina (un medicamento para la úlcera)- pueden causar DE como efecto secundario.
Los expertos piensan que factores psicológicos, tales como el estrés, la ansiedad, la culpa, la depresión, una baja autoestima y el miedo a no desempeñarse en el coito como se espera, causan del 10 al 20 por ciento de los casos de DE. Los hombres con una causa física de DE experimentan a menudo el mismo tipo de reacciones psicológicas (estrés, ansiedad, culpa, depresión).
Otras causas posibles son el tabaquismo y el uso de la marihuana, que afectan el flujo sanguíneo en las venas y las arterias, y anormalidades en las hormonas, como, por ejemplo, una cantidad insuficiente de testosterona. El incremento de prolactina que pueden producir algunos fármacos, como los ansiolíticos y antipsicóticos (risperidona, olanzapina, haloperidol), puede provocar también disfunción eréctil. Las causas hormonales suelen afectar asimismo la libido.
Tratamiento de la DE
La DE es tratable a cualquier edad, y el conocimiento de este hecho ha ido creciendo. Más hombres han buscado ayuda y regresado a la actividad sexual normal debido a tratamientos mejorados y exitosos de la DE. Tradicionalmente los urólogos, quienes se especializan en problemas de las vías urinarias, han tratado la DE; sin embargo, los urólogos sólo son responsables del 25 por ciento de las menciones de sildenafilo en 1999.
En general, los especialistas en medicina familiar (médicos de cabecera especializados) son, junto a los urólogos, los cardiólogos y los psiquiatras, los mejor formados para la valoración, manejo y tratamiento de la disfunción eréctil. Las principales ventajas que aportan frente a los demás especialistas son la visión integral del paciente, la proximidad, la accesibilidad y la capacidad para la entrevista clínica.
Los términos impotencia sexual y disfunción eréctil (DE)
El término impotencia posee una raíz latina (impotens, no poder). Es la incapacidad del varón para obtener o mantener una erección suficiente y realizar un coito satisfactorio. La DE es una situación muy frecuente; se ha calculado que afecta en mayor o menor grado a la mitad de los hombres entre los 40 y los 70 años. Pero no es un tema que se trate abiertamente, pues forma parte de la vida íntima de los individuos y de las parejas. Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han impedido a muchos varones buscar ayuda para un trastorno que puede beneficiarse, en la mayoría de los casos, de un tratamiento relativamente sencillo.
Aunque puede decirse con seguridad que todo hombre experimenta de vez en cuando dificultades para mantener la erección, la disfunción eréctil se define como la incapacidad para mantener una erección suficiente para el coito al menos en el 25 por ciento de los intentos.
Impotencia sexual es el nombre con el que se sigue conociendo a la disfunción eréctil. Ya no se considera el nombre técnicamente correcto, sin embargo. Es la incapacidad constante de mantener la erección suficiente para el coito. Los hombres tensos, con ansiedad y sobreocupados en ocasiones no pueden lograr esa concentración necesaria, lo que genera dificultad para obtener y sostener la erección del pene. Existen otras causas, como los problemas vasculares. También sigue usándose el término latino impotencia erigendi, es decir, la incapacidad para la erección del pene.
Causas de la disfunción eréctil.
Pueden aparecer combinadas:
Orgánicas: son las de origen anatómico, genitourinario, urológico (lesiones congénitas del pene), endocrino (diabetes), infeccioso, neurológico (lesiones cerebrales, lesiones medulares), vascular (arteriosclerosis) o farmacológicas (por el consumo de sustancias adictivas: alcoholismo, tabaquismo, algunos medicamentos, sustancias adictivas ilegales) (constituyen el 15 por ciento de los casos).
Traumáticas: una fractura de la pelvis, por ejemplo.
Psicológicas: debido a factores afectivos, de desarrollo, interpersonales, de conocimientos, ansiedad, miedo al fracaso, sentimientos de culpa, infidelidad, eyaculación precoz previa, inseguridad emocional, etc. Solamente el 18% de las personas que la sufren lo consulta con su médico, mientras que únicamente el 33% de los pacientes se comunica con su pareja. Todo ello provoca una reacción negativa de su pareja y un aislamiento que acaba por agravar el problema, aumentando el estrés, disminuyendo la autoestima y dificultando la solución a la disfunción eréctil psicológica.
La DE se puede presentar por alteración de uno o varios de los tres mecanismos responsables de la erección: bloqueo de las arterias; incapacidad de los vasos sanguíneos dentro del pene para almacenar la sangre, o daño en los nervios del pene o del área pelviana. También pueden ser responsables de una DE otras disfunciones fisiológicas, como bajos niveles de hormona masculina (testosterona).
Las situaciones que más frecuentemente producen DE son: enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos y restringen el flujo sanguíneo hacia el pene, como la diabetes, la hipertensión (tensión arterial alta), el exceso de colesterol o las enfermedades cardíacas. Situaciones que interrumpen la conexión entre el sistema nervioso y el pene, como la cirugía de próstata o lesiones traumáticas en la zona. Muchos medicamentos (algunos de ellos empleados para tratar la hipertensión y las depresiones) causan DE entre los efectos secundarios no deseados. Depresión nerviosa.
Factores de riesgo.
Los hábitos de riesgo que pueden conducir a que se desarrolle DE son: el consumo de sustancias adictivas legales (tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol) o ilegales, el estrés. Un indicador de la DE física, en contraposición con la psicológica, es la incapacidad de experimentar o mantener una erección al despertarse por la mañana. La DE que persista por más de tres meses y que no sea debida a un suceso estresante evidente, al consumo de sustancias adictivas, al consumo de alcohol o a afecciones médicas transitorias que causan DE señala la necesidad de recibir atención médica por parte de un urólogo.
La DE y el envejecimiento.
Existen muchos malentendidos en este tema. Como resultado del proceso de envejecimiento, suele haber un periodo refractario mayor —tiempo necesario para una nueva erección después de un orgasmo. La edad también parece afectar el tiempo necesario para excitarse y para la erección y la eyaculación. Todos estos se consideran cambios no patológicos. Sin embargo, la sexualidad no tiene fecha de caducidad. Si la DE se da más en personas mayores, es sólo porque es más probable que sufran enfermedades asociadas a la DE y que usen más medicamentos que alteren la función eréctil.
¿Cómo ocurre una erección en condiciones no patológicas?
Cuando no hay estimulación sexual, el flujo de sangre dentro del pene es muy bajo, lo que lo mantiene en estado flácido o no erecto. Cuando se recibe estimulación sexual (a través de cualquiera de los órganos de los sentidos o incluso de la imaginación), las arterias del pene se relajan y se dilatan, y el flujo sanguíneo hacia el pene aumenta mucho. A medida que el pene se expande, las venas del pene —que tendrían que devolver la sangre del pene hacia la circulación de retorno— se comprimen, y la sangre no puede salir. Con un aumento en el flujo sanguíneo que entra y una reducción en el flujo que sale, el pene se vuelve cada vez más grande y se pone cada vez más duro (véase cuerpos cavernosos).
Metodología de estudio en la disfunción eréctil.
Al ser causada por diversas enfermedades, se impone un estudio multidisciplinario integrado en un mismo equipo de trabajo. Se realiza una exhaustiva historia clínica del caso, se realizan estudios bioquímicos y hormonales, un perfil psicológico, pruebas vasculares y estudios radiológicos. Todo esto, sumado a un examen físico uroandrológico, cardiocirculatorio y neurológico, conduce al diagnóstico.
Tratamientos de la disfunción eréctil.
Menos del 10 por ciento de los hombres que sufren DE buscan ayuda médica. Al enfrentarse con la DE, es frecuente que se desmoralicen, que se depriman o que busquen tratamientos milagrosos. Existen innumerables remedios populares que se deben considerar con toda cautela y escepticismo. Actualmente existen muchos tratamientos eficaces y muy seguros, aunque en ningún caso mágicos.
La modalidad del tratamiento viene dictada por el problema específico que causa la disfunción eréctil. El primer paso es definir la causa, si es posible, y luego intentar la solución más sencilla y menos arriesgada. En síntesis, las distintas alternativas terapéuticas incluyen una o varias de las siguientes:
Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: dejar de fumar, moderar el consumo de alcohol y de grasas, hacer algo de ejercicio y aprender a relajarse.
Cambiar o reducir los medicamentos que puedan estar provocando DE, como algunos antidepresivos, diuréticos y betabloqueantes.
Psicoterapia y terapia conductual. Independientemente de la causa de la DE, se recomienda para todos los pacientes alguna forma de terapia psicológica, conductual, sexual o de combinación, generalmente asistidos por su pareja, sea ésta hombre o mujer.
Terapia transuretral y de inyección. Consiste en inyectar medicamentos en el tejido eréctil para relajar los músculos lisos del pene y permitir que tenga lugar la erección. Está indicada en algunos casos de DE. Los medicamentos inyectados suelen ser asociaciones de papaverina-fentolamina, o bien alprostadil (prostaglandina E1). Las reacciones adversas son generalmente menores, pero pueden incluir erecciones prolongadas y dolorosas (priapismo; véase príapo). Una alternativa a las inyecciones es un dispositivo de plástico para aplicar estos medicamentos a través de la uretra. Aunque más seguras y menos costosas que los tratamientos quirúrgicos, estas terapias tienen una tasa alta de abandonos, ya que la pérdida de espontaneidad hace perder interés en el procedimiento. Las sustancias vasoactivas son sustancias que, introducidas a través de la uretra o inyectadas en los cuerpos cavernosos del pene, producen una erección que permite una buena relación sexual. Pueden utilizarse una o dos veces por semana. Antes de empezar el tratamiento es importante hacer las pruebas necesarias para conocer la respuesta a dichas sustancias.
Los medicamentos orales que estimulan la actividad de la dopamina en el cerebro pueden aumentar el deseo sexual y con ello facilitar la erección. Con este fin se han comercializado pastillas sublinguales de apomorfina.
Sildenafilo (Viagra). Aprobado para su uso en Europa y en los Estados Unidos, es el medicamento oral que ha mostrado resultados más prometedores en la DE. En los estudios realizados, el sildenafilo mejoró las erecciones en 3 de cada 4 participantes (~75%), comparado con sólo 1 de cada 4 que mejoraron al tomar un placebo; con sildenafilo, uno de cada tres intentos de coito fue un éxito —comparado con sólo 1 de cada 5 intentos en pacientes con placebo. El sildenafilo aumenta la concentración del GMP cíclico, que se produce en el pene durante la actividad sexual y que incrementa el flujo sanguíneo. Así, el sildenafilo eleva el flujo peneano de forma natural, de modo que la estimulación sexual causa erección. El sildenafilo no es, pues, un afrodisíaco ni una hormona ni un producto que cause por sí mismo erección, sino que sólo ayuda a conseguir una erección cuando existe estimulación sexual. El sildenafilo se toma "a demanda" –sólo cuando se desea–, y su acción comienza en 30 minutos y dura hasta 4 h. No se recomienda más de una tableta al día. Los efectos colaterales incluyen molestias digestivas, dolores de cabeza, enrojecimiento facial y dolores musculares, y, en un 3 por ciento de los pacientes tratados, alteraciones de la visión. Como otras sustancias para tratar la DE, el sildenafilo está contraindicado en caso de enfermedades cardíacas y, sobre todo, jamás debe asociarse con los medicamentos llamados nitratos (por ejemplo, la nitroglicerina que se usa bajo la lengua para tratar la angina de pecho); en asociación con sildenafilo, los nitratos pueden bajar la tensión arterial bruscamente hasta niveles peligrosos.
Tadalafilo (Cialis®) y Vardenafilo (Levitra®). Dos fármacos de la misma familia del sildenafilo (inhibidores selectivos de la fosfodiesterasa tipo 5). Vardenafilo es el nombre del segundo medicamento para la impotencia aprobado para su uso y comercialización en Europa y Estados Unidos. Al igual que el sildenafilo, se administra por vía oral. A pesar de que en líneas generales su actuación sea muy similar, el vardenafilo ha sido el tercer fármaco para la disfunción eréctil en llegar al mercado internacional. Al igual que el sildenafilo y el vardenafilo, el tadalafilo2 actúa mejorando la circulación al relajar los músculos que rodean el pene para lograr que sus vasos sanguíneos se dilaten. Sin embargo, Cialis presenta una característica diferencial frente a Levitra y Viagra. Su rapidez de actuación y la duración de sus efectos hacen de esta pastilla para la impotencia un tratamiento de referencia en esta materia, en competencia directa con Viagra. El tadalafilo puede durar hasta 36 horas en el organismo. Además de las dosis de 10 y 20 miligramos, también está disponible en pastillas de 5 mg bajo el nombre de Cialis diario. Tanto el vardenafilo3 como el tadalafilo son susceptibles de provocar reacciones adversas en el organismo. Los test de laboratorio han revelado que entre los efectos secundarios más frecuentes se sitúan dolores de cabeza, malestar o acidez estomacal, náuseas o rubor. Rara vez se han constatado otras consecuencias de mayor envergadura como: erecciones de más de 4 horas (priapismo), problemas de visión, inflamación de distintas zonas del cuerpo, desvanecimientos y dificultades para respirar o tragar.
Yohimbina. Empleado como medicina popular durante años, actualmente existe evidencia de que puede mejorar la erección en un tercio de los hombres con DE leve, sobre todo en combinación con el antidepresivo trazodone.
Tratamientos hormonales. La terapia con testosterona está indicada sólo en hombres con hipogonadismo (niveles bajos de testosterona, la hormona masculina). Puede utilizarse por vía oral o en parches. La testosterona no se recomienda nunca para hombres con niveles no patológicos de hormona masculina; en éstos puede mejorar el impulso sexual, pero a costa de causar daños sobre la próstata y el hígado, a veces irreversibles. Cuando la DE se debe a niveles excesivos de la hormona prolactina, puede ser útil el medicamento bromocriptina.
Otros: se han utilizado, con distintos grados de éxito, medicamentos como pentoxifilina (Elorgan®), naltrexona —un antídoto de la heroína y la morfina— o el antihipertensivo minoxidil.
Dispositivos de aspiración (bombas de vacío). Colocación del pene en un cilindro plástico hermético, donde se crea a continuación un vacío, lo cual causa que la sangre fluya hacía el pene. Después se asegura una banda alrededor de la base del pene para retener la erección, y el cilindro se retira. La falta de espontaneidad de este método es el inconveniente principal.
Implantes peneanos. Tres tipos de implantes se emplean actualmente para el tratamiento de la disfunción eréctil; todos ellos deben implantarse quirúrgicamente: implantes hidráulicos, prótesis e implantes plásticos hinchables. Aunque muchos pacientes se han beneficiado de la cirugía del implante, éste es un procedimiento irreversible; el tejido eréctil se lesiona de forma permanente cuando se implantan estos dispositivos. En el momento actual ha caído en relativo desuso, a expensas de métodos menos arriesgados y menos costosos. Son unos cilindros de silicona (sustancia no rechazada por el organismo), de estructura anatómica, dos de los cuales se introducen en los cuerpos cavernosos del pene y producen la rigidez necesaria para una buena y adecuada relación sexual. Existen diferentes vías y técnicas para implantar la prótesis; la intervención dura aproximadamente 45 minutos. Mediante una incisión de la piel de 3-4 cm en la parte inferior del pene y en la raíz del escroto, se llega a los cuerpos cavernosos, donde se colocan las dos prótesis correspondientes, con un porcentaje de complicaciones mínimo. Todo ello con anestesia local o regional. Al ser una cirugía poco agresiva, el postoperatorio no requiere cuidados especiales; el paciente puede abandonar la clínica entre 12 y 24 horas después de la intervención, y a las 3-4 semanas de adaptación se puede reiniciar la vida sexual sin dificultades en la erección.
Cirugía vascular. Para los hombres cuya disfunción eréctil sea causada por problemas de las arterias o las venas del pene, la cirugía vascular puede ser una opción. Se practican dos tipos de operaciones:
Cirugía de revascularización (anastomosis): conexión de una arteria de la pierna con las arterias del dorso del pene, con lo que se desvía cualquier bloqueo y aumenta el flujo sanguíneo.
Ligadura venosa: se realiza cuando el pene no puede almacenar una cantidad suficiente de sangre para mantener una erección. Se atan o se extirpan las venas que están causando un drenaje excesivo de sangre del pene.
Afrodisíacos y tratamientos alternativos. Los afrodisíacos son sustancias que supuestamente aumentan el impulso, el deseo y el desempeño sexual. La leyenda ha atribuido cualidades afrodisíacas a alimentos como los chiles, el chocolate, el regaliz, la manteca, las anchoas, las ostras y las vieiras. El "Spanish fly" o cantáridas, hecho de escarabajos secos, es el afrodisíaco más "famoso" y es particularmente inútil y nocivo.
¿Qué Hace el Urólogo Pediatra?
Los Niños, no son Pequeños adultos, por esto es que requieren de médicos especialistas para atender adecuadamente todas sus necesidades.
Los niños están en constante evolución, por lo que sus necesidades cambian con su edad, Los Médicos que nos dedicamos 100% a ver niños y sus problemas, estamos capacitados para atenderlos en las diferentes edades.
Así como tu Papá o Mamá, no vas al Pediatra para tratar tus enfermedades de Adulto, ellos no tienen por qué ir con especialistas de adultos para sus enfermedades de niños, por mucho que estas se parezcan.
¿Qué Enfermedades trata el Urólogo Pediatra?
Prácticamente todas las que tengan que ver con el sistema Genito-Urinario,tanto de NIÑOS como NIÑAS que incluye, riñones, uréteres, vejiga, uretra, Útero, ovarios, vagina, testículos, pene, escroto.
Algunas Enfermedades que se tratan por Urólogo Pedíatra.
Criptorquidia
Hipospadias
Reflujo Vesicoureteral
Estenosis Ureteropielica
Hiperplasia Suprarenal
Enuresis
Infección de Vías Urinarias
Hipospadias
El hipospadias es una anomalía congénita por la que el pene no se desarrolla de la manera usual. El resultado es que la abertura del pene (el agujero de orinar o, en términos médicos, el meato urinario) se localiza en algún lugar en la parte inferior del glande o tronco, o más atrás, como en la unión del escroto y pene.
Historia
El hipospadias ha sido descrito desde antiguo, de forma que ya lo trató Aristóteles, según cita Galeno, quien proponía una intervención para su corrección, que es excesivamente agresiva desde la óptica de la medicina moderna.
Peor aún, encontramos que en el siglo II a. C. Heliodorus y Antillus describen la amputación del pene como solución para algunos casos, si bien este tratamiento debió abandonarse pronto.
Ya en el Renacimiento, Amato Lusitano insertaba una cánula de plata en la uretra y la dejaba durante algún tiempo con la intención de crear un trayecto fistuloso.
Un paso importante fue el realizado por Ambroise Paré, pues practicó una uretroplastia sin lesionar la longitud del pene. En 1836, Dieffenbach efectuó suturas de uretras en casos leves de hipospadias y empleó túbulos de vidrio para tunelizar la uretra.
En 1874, Duplay utilizó piel prepucial vascularizada para cubrir la cara anterior y fabricar una uretra nueva. Además en una segunda intervención realizaba una resección de la cuerda fibrosa preuretral. Esta técnica luego sería descrita prácticamente igual por Dennis-Browne.
Las técnicas de intervención han ido mejorando conforme avanzaba la medicina, hasta que en el siglo XIX aparece una importante publicación de Boisson en la Academia de Ciencias de París, en la que describe por primera vez la resección de la cuerda fibrosa, de forma que se reconoce la posibilidad de corrección de esta malformación.
En el siglo XX, se empezaron a desarrollar técnicas que aprovechaban la piel prepucial, requiriendo varias intervenciones, comenzando por la resección de la corda y difiriendo en la reconstrucción de la uretra.
Russel describió por primera vez en 1900 una técnica en una única intervención, la cual se popularizó a finales de la década de los años 1950, llegando en 1959 la técnica de reparación mediante la uretroplastia con injerto de piel total.
En la década de los años 1970 se desarrollaron los colgajos pediculados de piel prepucial para practicar la uretroplastia en diversas técnicas, hasta que en 1980 el Dr. Duckett describe su técnica de MAGPI, de avance uretral, la más empleada en los hipospadias distales sencillas y modifica el Asopa y el Hogdson con el colgajo en isla prepucial transverso.
Etiología
La causa de esta enfermedad no ha sido definida con claridad, si bien se ha intentado explicar desde diferentes aspectos. Por un lado, se ha relacionado con la gestación, con factores como la edad de la madre, el número de hijos y el orden entre ellos (ya que aparece con mayor frecuencia en el hijo primogénito), la administración e ingesta de fármacos durante el embarazo y fundamentalmente en el primer trimestre (como en el síndrome del ácido valproico fetal), la edad de comienzo de la menarquia, las enfermedades padecidas en este período por la madre, etc.
Se ha incidido en el estudio de la toma de medicamentos, y parece probable que los progestágenos y los antiabortivos puedan representar un papel en su génesis. Niños con bajo peso al nacer (< 1.500 gramos) han llamado la atención por la frecuencia con que presentan hipospadias. También algunos autores relacionan ciertos factores relacionados con la hipófisis con su aparición.
Se ha visto que en varones con mutaciones en el gen HOXA13 se presenta este transtorno junto con el acortamiento del primero y del quinto dedos; produciendo una enfermedad rara conocida como síndrome mano-pie-genital.
Factores ambientales, como antecedentes familiares, han estado sujetos a diversas interpretaciones, si bien sí parece haber una herencia autosómica dominante o quizá autosómica recesiva.
Por todo ello se habla de una predisposicón al hipospadias debida a factores genéticos poligénicos y multifactoriales.
Fisiopatología
Esta malformación es debida a una fusión incompleta de los pliegues uretrales, lo que da lugar a que el meato urinario no se localice al final del glande, sino en algún punto entre éste y el perineo. La gravedad de la malformación depende precisamente de que sea más distal (más cerca del glande, por tanto más leve) o más proximal (más cerca de la base del pene y, por tanto, algo más grave).
Se trata de una malformación tanto urinaria como genital definida por dos elementos: un defecto dorsal de la uretra y una incurvación dorsal del pene; ambos elementos pueden comportar grados muy diversos y van acompañados de otros elementos malformativos.
Cuadro clínico
En su manifestación más distal presenta un pene estéticamente casi normal, aunque en casos más graves (muy proximales) se pueden apreciar genitales casi feminoides. No obstante, lo habitual es encontrar casos intermedios, con otras anomalías asociadas, que van de lo estético a lo funcional, con diversos grados de afectación psicológica. Se puede dar incluso que la fertilidad se vea comprometida si el hipospadias se acompaña de otras malformaciones como la presencia de testículos criptorquídicos.
Además, el prepucio no se desarrolla a veces totalmente, sino que forma una capucha sobre la cima del glande, quizás con adherencias al glande. El glande puede estar achatado y hendido por debajo, inclinándose hacia abajo debido a la estrechez del tejido dentro del tronco (una anomalía llamada curvatura).
Además, puede haber una torcedura en el tronco del pene, con la cabeza rotada en un eje a la base del tronco. Todo ello puede hacer que el pene sea disfuncional, tanto para la micción como para las relaciones sexuales.